A una semana de un nuevo Gran Premio de Belgica, nos metemos en la historia de uno de los pocos circuitos historicos que sobreviven en el calendario de la F1. Considerado todo un reto por parte de los pilotos, Spa Francorschamps es sinonimo de emociones fuertes.
Spa Francorchamps, que se utilizó por primera vez en 1924, tiene una historia larga y complicada. Muchos pilotos han ganado aquí, una pista con condiciones meteorológicas muy variables, que la hacen aún más difícil. Jim Clark la odiaba, a pesar de que ganó cuatro carreras seguidas entre 1962 y 1965. El sol puede brillar en una parte del circuito, mientras llueve en la otra.
El peligro siempre era inminente, y los jóvenes Alan Stacey y Chris Bristow murieron en dos accidentes distintos en 1960. En 1970, se hizo obvio que la velocidad era excesiva, por lo que el circuito dejó de usarse hasta 1983. Para su vuelta se redujo la longitud a casi la mitad, eliminando las secciones que se consideraban peligrosas.
Eau Rouge seguía siendo la curva más interesante y el escenario de muchos accidentes. Zanardi escapó ileso de un accidente en su Lotus en el 93, y, después de las trágicas muertes de Imola, en 1994 se añadió una nueva chicane, pero por suerte, cuando se construyeron las escapatorias en 1995, la curva volvió a entrar en juego.
Ayrton Senna ganó aquí cuatro carreras consecutivas, de 1988 a 1991 y fue también dónde Michael Schumacher consiguió su primera victoria en 1992. En 1993 y 1994 fue Damon Hill quien ocupó la primera posición, mientras Michael Schumacher lo hizo los tres años siguientes.
Damon Hill ganó de nuevo en 1998, en una carrera convertida en caos por la lluvia, en la que Hill lideró a su compañero de equipo, consiguiendo la primera victoria de Jordan, mucho más especial al lograr un doblete. Michael Schumacher lideraba la carrera claramente, con Hill segundo hasta que apareció el McLaren de David Coulthard, que tenía una vuelta perdida. Al frenar Coulthard en medio de la trazada, ambos chocaron de forma horrible, obligado al Ferrari a retirarse y a Schumacher a perder su proverbial tranquilidad, ya que intentó enfrentarse a Coulthard.
El sol brillaba al año siguiente, cuando Coulthard se hizo con la victoria. Schumacher se vio obligado a perderse la prueba debido a las lesiones que se hizo en el Gran Premio de Gran Bretaña. En el 2000 sólo pudo hacerse con la tercera posición, mientras Mika Hakkinen lograba la victoria y su hermano pequeño, Ralf, terminaba segundo.
Michael Schumacher consiguió otra victoria en el circuito belga en 2001. Tuvo que sacarse la bandera roja, debido al terrible accidente de Luciano Burti, que chocó con el Jaguar de Eddie Irvine. Schumacher volvió a ganar en 2002, esta vez por delante de su compañero Rubens Barrichello.
Räikkönen volvió a adjudicarse la victoria en la edición del 2005 por delante de Fernando Alonso y Jenson Button, segundo y tercero respectivamente. Giancarlo Fisichella, por su parte, se encontró rodando con reglajes de seco sobre una pista húmeda y lógicamente acabó fuera de la pista al sufrir un importante accidente en la Eau Rouge.
La temporada 2006 no se disputó el Gran Premio de Bélgica, ya que el circuito llevó a cabo unas importantes obras de remodelación que incluyeron los boxes y un nuevo complejo de paddock, pero la Fórmula Uno volvió a Spa en 2007. Räikkönen dominó con autoridad la carrera y Ferrari sumó su tercer triunfo consecutivo en el trazado belga con un doblete, ya que Felipe Massa terminó en segunda posición por delante del dúo de McLaren, Fernando Alonso y Lewis Hamilton.
El Gran Premio de Bélgica 2008 fue otra prueba muy emocionante. La lluvia que cayó antes del Gran Premio de Bélgica y en las últimas vueltas de la carrera le dio la vuelta al campeonato, ya que Räikkönen hizo un trompo que destrozó sus esperanzas de hacerse con el campeonato.
Hamilton llegó el primero a la meta consiguiendo la novena victoria de su carrera. Sin embargo, los comisarios otorgaron después la victoria a Felipe Massa.
En las últimas vueltas de la carrera, Räikkönen tuvo problemas con la pista, cada vez más mojada, con lo que Hamilton pudo pasarle cuando solo faltaban dos vueltas y luchar por la victoria en la última curva.
Hamilton intentó adelantar por el exterior de la curva que antes se conocía como 'bus stop', pero al no tener espacio cuando Räikkönen tomó la trazada normal, Hamilton se vio obligado a salir de la pista y volver a entrar en la recta. Hamilton dejó pasar de nuevo al piloto de Ferrari y le adelantó limpiamente en La Source.
Esa fue la maniobra que después le costaría al piloto de McLaren la victoria en la carrera, ya que se decidió que había ganado ventaja sobre su rival de Ferrari en la carrera hacia la primera curva.
Con la lluvia arreciando y solo una vuelta y media para el final de la carrera, Hamilton y Räikkönen presionaron tanto como podían en esas condiciones, pero los dos se vieron obligados a evitar al Williams de Nico Rosberg, que hizo un trompo y volvió a salir a pista por delante de ellos. Hamilton se fue a la hierba antes de volver a pista mientras Räikkönen hizo un trompo antes de seguir.
Segundos después, Räikkönen perdía el control del Ferrari por segunda y última vez, haciendo un trompo que le lanzó contra el muro de la última curva. Hamilton terminó la última vuelta y pasó bajo la bandera a cuadros por delante de Massa. Fueron unas últimas vueltas sensacionales, que solo quedaron empañadas por las penalizaciones después de la prueba.
Dado que las compañías tabacaleras han sido siempre sus principales patrocinadoras, el Grand Prix de Bélgica quedaba eliminado, con esta resolución, del calendario, pisoteando la ilusión de los apasionados del motor que esperaban ver en el circuito de Spa las carreras más profusas en emociones fuertes del Mundial. El pesimismo llegó a instalarse entre los amantes de la F1 y aficionados a este circuito, que no esperaban volver a presenciar una carrera en él en muchos años. Afortunadamente el Partido Verde (principal impulsor del adelanto de la normativa anti- publicidad tabacalera) perdió escaños en las elecciones de 2003 y las autoridades belgas aflojaron sus restricciones. Así, Spa Francorchamps vuelve a tener su consabido protagonismo en 2004; en este caso, a finales de agosto, fecha en que se celebra el Gran Premio de Bélgica.
Concebido por Jules de Thier, Spa-Francorchamps es de los circuitos naturalmente más rápidos del mundo y técnicamente más complejos. Sus 7 kilómetros de desarrollo permiten que los pilotos alcancen grandes velocidades. Este hecho, unido a las numerosas y conflictivas curvas que hay en el circuito, motiva que una salida de la pista pueda ser especialmente trágica. La Source, Eau Rouge, Raidillon, Les Combes, Malmedy, Rivage, Pouhon, Franges, Stavelot, Blanchimont y Bus stop son las 11 curvas de que consta el circuito de Spa. Mientras que es fácil ser adelantado antes de Les Combes y La Source, la curva más célebre -y veloz- es Eau rouge, que empieza con un fuerte desnivel: toda una prueba a la destreza de los pilotos.
Spa-Francorchamps es un desafío. Requiere una conducción cautelosa pero estable, y especial habilidad para aprovechar los tramos rectos. En total son 306,812 km de carrera- 6,973 cada vuelta- con 5 zonas donde es factible efectuar adelantamientos. A las difíciles condiciones de la pista se une el hecho de que la dura climatología de la zona montañosa del bosque de las Ardenas provoca rápidas variaciones meteorológicas a lo largo del circuito y de forma frecuentemente aleatoria. Se suele decir a modo de leyenda urbana de este circuito -y es cierto- que mientras en una zona del circuito llueve, en otra luce el sol.
En 1924 -mucho antes de su estreno oficial- se utilizó por primera vez el circuito de Spa, que por aquel entonces se componía de tres tramos de caminos de campesinos entre las villas de Francorchamps, Stavelot y Malmédy (localidades que dan nombre hoy a alguna de sus curvas) Enseguida se empezó a utilizar el circuito, que fue evolucionando hasta adquirir su bien merecida fama de pista europea más rápida. En 1950 la Federación Internacional del Automóvil empieza a celebrar los Grandes Premios y Spa Francorchamps es uno de los circuitos predilectos en el que ya desde el principio se viven grandes carreras. No obstante, su peligrosidad no pasa inadvertida.
Tal fatídico historial y el reconocimiento de que el circuito era, entre otras cosas, demasiado largo motivó que GP de Bélgica buscara otros trazados para desarrollarse; Zolder y Nivelles, los cuales, todo sea dicho, tampoco estuvieron exentos de incidentes, como la muerte que se cobró el circuito de Zolder en 1982, la de uno de los grandes campeones de la historia, Gilles Villeneuve.
En 1970 el circuito de Spa había cerrado sus puertas y no fue recuperado hasta 1983, modificado y con su longitud reducida nuevamente a casi la mitad de lo que había llegado a ser. A partir de esta fecha, el nombre de Spa Francorchamps se reviste de triunfo gracias a grandes nombres del motor de hoy que debutaron en su pista, como Michael Schumacher en 1991, o cosecharon repetidos triunfos, como es el caso del desaparecido Ayrton Senna, que subió a lo más alto del podio en 1988, 1989, 1990 y 1991. En la década de los 90 Schumacher fue campeón también cuatro veces en Spa-Francorchamps, aunque no consecutivas.
El piloto alemán obtuvo su primera victoria en 1992 con Bennetton. En 1993 y 1994 el primer puesto lo ocupó el británico Damon Hill (Williams) y Schumi volvió a imponerse en 1995, 1996 y 1997. Casi en un forcejeo por el podio, Hill repitió en 1998, en una carrera pasada por agua y que estaba en manos de Schumacher hasta que sufrió un choque con Coulthard (McLaren). Precisamente el británico David Coulthard venció al año siguiente, con la suerte y la meteorología de su parte. McLaren repitió victoria en 2000 esta vez gracias a su otro volante, Mika Hakkinen, quien obtuvo la pole y en la carrera logró colocarse delante del Ferrari del campeón. Eso sí, los Premios de los dos años siguientes fueron para el alemán, que ha cosechado en total seis podios en la pista que le vio debutar.
Los 70.000 espectadores que puede acoger el circuito de Spa-Francorchamps presencian carreras vibrantes donde los 300 km/h se alcanzan con facilidad, especialmente antes de las curvas Les Combes y Blanchimont (la máxima velocidad alcanzada en Spa es de unos 335 kilómetros por hora) Tal vez esto es la base de su carisma y pese a todas sus dificultades, muchos pilotos, hasta los principiantes, han manifestado su predilección por el circuito belga. Quizá sea precisamente debido a esa dificultad e imprevisibilidad, que se convierten, en la Fórmula Uno, en un aliciente.
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