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jueves, 27 de mayo de 2010

Indy 500



Breve historia de una de las competencias más famosas del automovilismo mundial.

Reconocida por los analistas como una de las competencias más famosa del mundo, las 500 Millas de Indianápolis se distinguen además por su excepcional convocatoria, por los elevados promedios de velocidad que se alcanzan y por los jugosos premios que distribuye entre sus 33 participantes.

La primera edición de la legendaria carrera se disputó en el año 1911, sobre un piso de ladrillos, del que hoy se conserva una franja -la famosa "Brickyard"- como homenaje a quienes hace un siglo asumieron el gran desafío de programar un evento mecánico de larga duración y de una significativa exigencia para hombres y máquinas.La realización de aquella competencia inicial se dio prácticamente de casualidad, en un escenario que había sido construido en 1909 y que tuvo su bautismo oficial recién dos años más tarde.

Originalmente, los organizadores pensaban que en ese trazado se podrían desarrollar una suerte de picadas, con una masiva participación de los aficionados, que tendrían la posibilidad de realizar apuestas millonarias.Después de haber comprobado que el proyecto no funcionaba, se optó por llevar adelante una carrera diferente a todas las que se programaban en aquella época: nada menos que sobre una distancia de 500 millas -804 kilómetros- y en un circuito que por sus especiales características permitía alcanzar elevadísimas velocidades.

Un estadounidense, Ray Harroun, conduciendo un Marmon Wasp -que hoy ocupa un lugar de privilegio en el Museo- y a una velocidad aproximada a los 120 kilómetros por hora, fue el primero en inscribir su nombre en el historial de ganadores de la mítica competencia.Durante los primeros años, los europeos dieron el golpe en varias oportunidades. Dos franceses y un británico festejaron en el Indianápolis Motor Speedway antes que la Primera Guerra Mundial obligue a introducir un paréntesis de dos años en la carrera.

Tras la reanudación de las 500 Millas de Indianápolis, el dominio de los pilotos locales fue abrumador, extendiéndose, sin interrupciones, hasta mediados de la década del 60, cuando quebró esa hegemonía un piloto fantástico llamado Jim Clark."El Escocés Volador", sobre un Lotus surgido de la inagotable capacidad del talentoso Colin Chapman, volvía a darle una victoria a los europeos después de medio siglo, rompiendo una tradición que se había instalado con firmeza en el historial de la prueba.Clark fue el encargado de señalarle el camino a otros pilotos extranjeros que después imitaron su hazaña, como Graham Hill al año siguiente, y otros que lo hicieron bastante tiempo más tarde, ya no sólo europeos, sino también latinoamericanos.

Entre los integrantes de este último grupo, los brasileños marcaron una fuerte presencia a la hora del tradicional festejo con la botella de leche. El primero en hacerlo fue Emerson Fittipaldi, al que imitaron posteriormente sus compatriotas Helio Castroneves y Gil de Ferran. No pueden faltar en esta reseña los nombres del canadiense Jacques Villeneuve y del colombiano Juan Pablo Montoya.

El circuito no es un óvalo perfecto. Su extensión es de 2,5 millas (4.023 metros) y está compuesto por dos rectas largas (1.000 metros cada una); dos rectas cortas (200 metros cada una) y cuatro curvas (400 metros cada una) con nueve grados de inclinación. Su ancho es de poco más de 15 metros en todo su perímetro y los entendidos suelen compararlo con una especie de "hipódromo gigante".Se trata de un escenario que no tiene vías de escape en su cuerda exterior, por lo que son frecuentes los impactos de las máquinas contra el muro de cemento, que funciona como barrera de contención. Los choques laterales, habitualmente no provocan consecuencias graves para sus protagonistas, aunque las colisiones frontales suelen ocasionar lesiones de consideración.

Además, por el diseño de la pista, se producen con frecuencia los incidentes encadenados, a raíz de las escasas opciones que ofrece el dibujo para sortear ese tipo de situaciones en carrera.Otro tema que debe tenerse en cuenta es el estado del piso, toda vez que por los altos promedios que se alcanzan, ante eventuales lluvias, y por estrictas razones de seguridad, se detiene momentáneamente la actividad en pista, o directamente se da por finalizada la competencia si la distancia recorrida amerita que los organizadores tomen esa decisión.

Para este 2010 Helio Castroneves, ha logrado su cuarta pole y si se impone será también su cuarto triunfo. De esta forma, Spiderman igualaría en lo más alto de la leyenda a A. J. Foyt, Al Unser y Rick Mears. Sin embargo, una larga pléyade de rivales, nada menos que 32, intentarán aguar la fiesta al dueño de la franquicia de 'Burger King' en Brasil. Los más peligrosos, sin duda alguna, serán Power, Dixon y Franchitti.

El 'Indianapolis Motor Speedway' es el recinto cerrado más grande del mundo, con una superficie total de 2.262.273 m2. Por eso su capacidad asusta: 375.000 entradas de asiento y entre 60.000 y 100.000 más de hierba. Todo en el mítico óvalo de Indiana, sede de las 500 Millas, la carrera más famosa del campeonato IndyCar, es superlativo, como la impresionante torre de control inspirada en la arquitectura japonesa con más de mil puestos para la Prensa.

2010 también pasará a la historia como las 500 Millas con más presencia femenina. Nada menos que cuatro: Ana Beatriz Caselato, Simona de Silvestro, Sarah Fisher y la única que ha liderado la carrera y subido al podio (fue tercera en 2009), la archifamosa Danica Patrick. Y una más, Milka Duno, se quedó a las puertas de clasificarse.


Las 500 Millas son transmitidas en directo en 212 países, incluyendo Argentina, y el pasado año las vieron 294 millones de personas, treinta de ellos en EE UU.