
Manfred Von Brauchitsch, nacido en 1905, fue piloto oficial de Mercedes desde 1932 a 1939.
Dentro del ambiente automovilistico aleman, su nombre aparece un escalon por debajo de los grandes ases que compitieron en los años treinta con: Caracciola, Rosemeyer, Stuck y Lang...
Descendiente de una familia de tradicion militar, Brauchitsch hubiera debido seguir la misma carrera, pero mientras cursaba estudios para oficial sufrio un accidente en moto a consecuencia del cual se fractura el craneo. Esto le declara no apto, a pesar de que su tio llego a ser comandante en jefe del Ejercito Aleman. Algunos años mas tarde, Brauchitsch se compra un Mercedes SSK. En 1932 adapta al motor una carroceria especial, y con ente vehiculo vencia en el circuito de Avus, frente a Caracciola, que conducia un Alfa Romeo.
Esta fue la primera victoria importante de Manfred Von Brauchitsch, que encontro un volante en Mercedes cuando la escuderia alemana decidia volver a la competicion en 1934. Entre 1934 y 1939, estuvo presente en la mayoria de las parrillas de salida de los Grandes Premios.
Su caracter temperamental le lleva a conseguir en muchas ocasiones el record de la vuelta rapida en carrera en las sesiones de entrenamientos. Para su desgracia coincidio en una epoca en la que tuvo como rivales a superpilotos, como Caracciola, al que tenia como compañero de equipo y que se mostraba como un rival invencible.
En 1934 se adjudica la vuelta rapida y vencie el Gran Premio de Eifel. Al año siguiente, consiguio dos segundas posiciones en los Grandes Premios de Francia y de Bellgica, en los cuales gana su compañero Rudolf Caracciola a los mandos del Mercedes W 25. Pero Manfred Von Brauchitsch, consiguio dos vueltas rapidas en los trazados de Spa y Nurburgring.
La de Nurburgring fue una carrera dramatica para Brauchitsch, ya que ese 28 de julio se encontraba en cabeza seguido por un desenfrenado Tazio Nuvolari. Se dice que Brauchitsch le regala la carrera al piloto italiano, ya que aun sabiendo que tenia sus neumaticos traseros completamente lisos, rehusa entrar a boxes para cambiarlos, prefiriendo correr el riesgo de tener un patinazo... Y esto es lo que sucedio en la ultima vuelta de la carrera, provocando asi la victoria de Nuvolari.
En 1936 los Auto Union dominaron la temporada por delante de Mercedes, siendo este un campeonato negativo para Brauchitsch. Pero en 1937 gano en Monaco por delante de Caracciola y de Kautz, y se clasifica en los puestos de honor en Alemania, Pescara (con ocasion de la copa Acerbo), Checoslovaquia y Donington.
En 1938 vencia en Reims (Francia) relegando a Caracciola a mas de dos minutos. En 1939 obtubo dos segundos puestos en Pau y en Budapest.
Los expertos aseguran que conducía como si llevara a sus hombres al campo de batalla, con una fiereza que dejaba sin aliento a los espectadores y desesperaba a sus técnicos, que luego lidiaban con los desperfectos. En aquellos tiempos los corredores apenas iban protegidos con un ligero casco. Y eran tremendamente nacionalistas. Hitler apadrinó las carreras de automóviles y sus héroes, entre ellos Von Brauchitsch, pasaron a dedicarle los triunfos.
La guerra interrumpe su carrera como piloto y aunque en un comienzo habia sido declarado no apto, la falta de oficiales jovenes lo obliga a alistarse en las SS. Nombrado comandante de el Kampfgruppe 164 (grupo de batalla blindado) un regimiento de elite donde obtiene la cruz de hierro por sus acciones de combate en el frente ruso.
Al terminar la guerra, se trasladó a Argentina y al volver fue nombrado presidente del club automovilístico Aleman
De espíritu inquieto, en los 50 comenzó a mostrar su discrepancia con el canciller Adenauer. En 1954 huyó a la República Democrática Alemana, algunos dicen que agobiado por las deudas, más que por Adenauer, y allí fue recibido como un héroe. Su esposa Gisela, sumida en la depresión en el oeste, acabó suicidándose. Vivía como un privilegiado en una villa, donde tenía servicio doméstico y chófer. Después de la unificación, asistía de vez en cuando a presentaciones de Mercedes.
Hasta antes de morir, a los 97 años, Manfred von Brauchitsch, una de las grandes figuras de la Fórmula 1 en los años 30, practicaba deporte cada mañana y se sometía a una ducha de agua fría. Había heredado de su familia de oficiales prusianos la disciplina y un porte aristocrático que le acompañó hasta sus últimos días.
Falleció en Gräfenwarth el 5 de febrero de 2003.