Jack Brabham (Hurstville, Sydney, Australia, 2 de abril de 1926) estudió ingeniería mecánica. Dada su formación, durante la II Guerra Mundial estuvo al servicio de la Royal Australian Air Force y trabajó como mecánico de los Beaufighters (un tipo de bombardero británico) que tenían su base en Australia. Con el final de la guerra fue desmovilizado y se puso a construir un pequeño coche de carreras que pilotaría el estadounidense Johnny Schonberg. Cuando éste decidió dejar de conducir para Brabham, el 'aussie' tomó el volante de su propio coche.
Su primera carrera tuvo lugar en el Parramatta Speedway, a las afueras de Sydney. En seguida se hizo un nombre en el circuito de carreras australiano hasta convertirse en una de sus estrellas. Brabham estuvo a punto de dejar las carreras cuando el motor de su primer coche explotó.
Sin embargo, su encuentro con el ingeniero Ron Tauranac le hizo cambiar de opinión. Se pasó a las carreras en carretera con un Cooper-Bristol. Debido a un problema con la Confederation of Australian Motor Sport a causa de la publicidad que lucía en su coche, Brabham pasa a correr en el campeonato neozelandés.
El contacto con pilotos no australianos le llevó al convencimiento de que podría competir contra los mejores pilotos del mundo. Así, en 1955, decidió irse a Inglaterra. Después de un decepcionante arranque con Cooper, se pasó a Bristol, donde las cosas parecían mejorar. Fue contratado con Cooper de un modo un tanto extraño: no cobraría, pero podría construirse el coche con el que correría. Al final de temporada lo vendió y pudo comprarse un Maserati 250F con el que competir en 1956, pero fracasó de tal modo que tuvo que volver a Cooper.
Pese a los malos resultados obtenidos en los años anteriores, Cooper siguió confiando en Brabham, aunque en la F2. En 1957, en el GP de Mónaco estrelló su coche de F2 y logró que el Rob Walker Racing Team le prestase un chasis en el que montar su motor. A falta de tres vueltas para el final de la carrera rodaba en tercera posición, pero su motor falló. Aún así logró acabar en sexta posición. Brabham y Cooper siguieron desarrollando el coche y el motor y, en 1959, el australiano logra su primera victoria y, a la postre, su primer Mundial.
Al año siguiente repetiría título dominando la competición. Pese a no terminar en las dos primeras carreras y no competir en otras dos (las 500 millas de Indianápolis y el GP de Italia), Brabham arrasó en las cinco siguientes y se llevó cinco victorias. Con el mundial en el bolsillo, llegó al GP de EE UU, disputado en el Riverside International Speedway, y terminó en cuarta posición aunque no necesitaba puntuar.
Un cambio en la normativa terminó con el dominio de Cooper en beneficio de Ferrari, que arrasó en 1961. Ese mismo año Brabham y Tauranac fundaron la Motor Racing Developments Ltd., aunque mantuvieron el proyecto en secreto mientras Jack siguió pilotando para Cooper.
Con el cambio de temporada, el australiano compró un Lotus para poder competir hasta que, en julio, sacó su Brabham BT3 para disputar el GP de Alemania. Tendría que pasar dos años más tarde cuando el equipo 'aussie' para que llegase su primera victoria. El protagonista de esta victoria fue Dan Gurney, que logró ganar el GP de Francia disputado en Rouen.
Ya en 1966, Brabham logra su tercer mundial de pilotos y el primero de constructores. El australiano se convierto en el primer piloto que logra un mundial con un coche construido por él mismo. En 1967 logró repetir el título de constructores.
La llegada de los motores Cosworth significó el comienzo de la cuesta abajo del equipo Brabham. Hasta que en 1970 le vendió la mitad de la compañía a Tauranac y se volvió a Australia.
0 comentarios:
Publicar un comentario