Retrorace, blog miembro de FOwwwA (Formula One world wide web Association)

miércoles, 3 de febrero de 2010

Otra de Fangio

Después del empuje inicial de las Lancia Ferrari, las Maserati de Fangio y Behra tomaron la punta del V Gran Premio de la Republica Argentina, venciendo el astro argentino a promedio record. Llegaron todas las Maserati, pero solamente dos Ferrari del equipo oficial.

Es curioso cómo de un año a otro pueden invertirse diametralmente las posiciones de dos equipos como Maserati y Ferrari.
Los aficionados han de recordar – en una nota aparte damos también cuenta de ello – que durante los entrenamientos el año pasado Maserati trataba de llegar al rendimiento de los Lancia con el empleo de una mezcla de carburante común con nitrometano, que tiene la característica de liberar en el momento de la combustión cantidades de oxigeno, las cuales producen el mismo efecto que si el motor succionara un volumen de aire mayor que el que podría absorber normalmente.

Dado el hecho que la potencia del motor depende de la cantidad del aire absorbido – de ahí los compresores, – el empleo de combustibles oxigeno-portantes como el nitrometano o nitrobenzeno resultan de un marcado incremento de rendimiento en relación a los carburantes que dependen exclusivamente del oxígeno ambiente. Sin embargo, debido al elevadísimo costo del nitrometano (250 pesos el litro) y el principio de que el uso de tales carburantes contradice el espíritu del motor aspirado, no han sido llevadas adelante las pruebas con los mismos.
Ello no obstante, Maserati - insistimos – ensayó el año pasado en los entrenamientos para el G. P. República Argentina una mezcla que contenía cierto porcentaje de nitrometano. El resultado de este intento fue que el día sábado de la clasificación tanto Moss como Menditeguy agujerearon pistones, siendo Jean Behra el único integrante del equipo Maserati que pudo asegurarse un puesto en la primera fila.


La situación parece haberse volcado en favor de Maserati, pues ahora fue Ferrari quien insistió con carburantes que contenían nitrometano, con el propósito de obtener un rendimiento satisfactorio en los motores. inexplicablemente los motores Lancia V8 no llegaban este año al rendimiento que arrojaron el año pasado. En ese entonces las Lancia llegaban al final de la recta principal a 8.400 r.p.m. en 5ta marcha, y ahora evidentemente no se pudieron superar las 8.100 revoluciones. Aunque la diferencia parezca ínfima, estas 300 r.p.m. se traducen en la práctica en casi 8 Km/ph. menos. De ahi que las Lancia - Ferrari no hayan podido llegar a los mismos tiempos que el año pasado.


A pesar de ello, era de suponer que Ferrari no utilizaría de ninguna manera durante la prueba en sí una mezcla con contenido de nitrometano, porque una cosa son algunas pocas vueltas de entrenamiento y otra es exigir de los motores resistir 3 horas en condiciones tan extremas
La situación, en resumen sufrió un cambio fundamental desde el año pasado a este: si en 1956 fueron 3 Lancia y una Maserati que se ubicaron en primera fila, esta vez fueron 3 Maserati y una Lancia que obtuvieron puestos en la hilera de vanguardia. Con su Maserati, Moss marcó el sábado l’42 "6 (l87,275 Km/ph.), quedando a sólo l/10 del tiempo establecido el año pasado por Fangio con Lancia. Es posible que también Carlos Menditeguy hubiese podido bajar su tiempo en 1 segundo para desalojar a Castellotti de la primera fila de no haber realizado sus vueltas de clasificación con tanque lleno.


No era de extrañar que Maserati se hallara completamente tranquilo ante esta evolución que tomaban las cosas. Maserati tenía, además, a su disposición un excelente equipo integrado por Fangio, Moss, Behra y Menditeguy. Nos atreveríamos a aseverar que pocas veces llegó a constituirse un team de valores tan sobresalientes como en el presente caso, aunque por otra parte debe destacarse como detalle curioso que ningún italiano integraba esta escuderia peninsular.

Ferrari no estaba tranquilo. Las maquinas no parecían rendir en la forma esperada. Además había 6 coches a disposición de 8 volantes, dos de los cuales tenían forzosamente que ser eliminados. Ello originó una pugna entre los pilotos que integraban la escudería Ferrari, puesto que cada uno trataba de marcar un tiempo que le permitiese tomar parte en la prueba. No existían dudas acerca de la participación de Castellotti, Collins. Musso y Hawthorn, que tuvieron durante la clasificación un desempeño muy parejo, pero en cambio no se sabia cuál de los 4 volantes restantes de Ferrari quedaría eliminado.


González, De Portago, Perdisa y von Trips habian marcado los tiempos subsiguientes con Ferrari y se suponía con buena razón que los dos últimos quedarían en los boxes para hacerse cargo de cualquier máquina del equipo si tal resultara necesario aunque en la práctica De Portago fue reemplazado por Perdisa.
Además de los teams oficiales de Ferrari y Maserati se contaba con la concurrencia de la Scudería Centro-Sud, integrada por Harry Schell, Giorgio Scarlatti, Joaquin Bonnier y Alejandro de Tomaso. A disposición de estos tres pilotos se hallaban dos Maserati modelo 1956 y una maquina Ferrari 2 litros, confiada a de Tomaso. Por fin teníamos a Luigi Piotti con una Maserati particular, relativamente nueva.


Habiendo visto correr a las Ferrari y las Maserati sobre pista seca tanto como bajo la lluvia nos había impresionado mejor esta última. Se tenía mejor, requería menos correcciones de volante y aceleraba más briosamente que aquéllas. Ferrari, además de tener dificultades con la carburación y el rendimiento motriz en general, tuvo otro problema: el de la suspensión delantera Un poco pesimista, nos confiaba Hawthorn el día antes de la carrera: – Ojalá llueva mañana. Aunque las Maserati se tienen muy bien en pista mojada tengo por lo menos la oportunidad de tirarme mantenerme detrás de aquéllas.


Las primeras vueltas de la carrera, sin embargo, eran bastante halagadoras para el equipo Ferrari. Moss rompió en la mismísima primera vuelta el pedal del acelerador, teniendo que detenerse en el box, donde perdió 13 minutos y con ello toda la chance. Behra iba al frente, pero a poca distancia le seguía Castellotti, luego Fangio e inmediatamente otra Ferrari: la de Hawthorn, con Schell, Perdisa y Musso en los puestos subsiguientes. En la 3ra vuelta pasó al frente Castellotti para mantener esta posición hasta la 8va, siendo desalojado nuevamente por Behra, quien en la 13ra vuelta tuvo que ceder por su parte ante el empuje de Peter Collins.
La primera media hora de carrera se realizó a promedio elevadísimo. En la vigésima vuelta, y cuando Collins iba al frente, el promedio superaba los 130.300 Km/ph.
En la 25ta vuelta, no obstante, las ambiciones del británico se habían esfumado cuando tuvo que detenerse en el box por rotura del embrague.


Dificultades en la transmisión fueron el mal característico de la Ferrari en esta jornada, pues 5 circuitos más adelante se detuvo Musso por la misma razón. Nuevamente poco después se retiró Mike Hawthorn, evidentemente por fallas en la transmisión. En el transcurso de sólo 10 vueltas habían quedado fuera de carrera 3 Ferrari, y solamente Castellotti seguía acosando a Fangio y a Behra desde el 4to y luego desde el 3er. puesto.


Cesare Perdisa se había mantenido hasta ese momento en el 8vo lugar, a bastante distancia de los punteros. No era de sorprenderse que ante esta situación la dirección del equipo Ferrari indicara a Collins hacerse cargo de esta máquina, en la esperanza de que el inglés pudiera reconquistar algo del terreno perdido. Pero aun la habilidad de un Collins no bastó para dar alcance a las máquinas que le precedían, por el sencillo hecho de que las Ferrari caminaban notablemente menos que las Maserati. Tanto era así que Fangio le sacaba a Castellotti por vuelta entre 5 y 7/10 de segundo de ventaja, no obstante que el italiano era posiblemente el hombre más veloz y más regular de la Ferrari .


Aun antes de promediar la prueba, José Froilán Gonzalez cedió su máquina a De Portago, quien 1a manejó muy bien hasta el final, ocupando con ella el 5to lugar.
A esta altura volvió a cobrar emoción la carrera, porque varios pilotos se detuvieron para cargar combustible. Tal el caso del sueco Bonnier, quien condujo su máquina en forma muy tranquila y bastante veloz. En la vuelta 57ma se detuvo también Carlos Menditeguy para cargar combustible, y lo mismo hizo Collins con la máquina número 18, originalmente de Perdisa. Aprovechando la circunstancia se hizo cargo de la misma el alemán von Trips, quien la llevó hasta el final. El promedio ascendía en la 50ma vuelta a 130,400 Km/h., que representa una marca bastante elevada considerando que Fangio y Behra se hallaban muy distanciados de sus mas inmediatos perseguidores. Veinte vueltas más adelante el promedio experimentó un nuevo incremento, siendo de 130,475 Km/h.

En la vuelta 76 se produjo el muy afortunado accidente de Castellotti. El italiano, como ya queda expresado, venia persiguiendo a Behra y Fangio en forma tenaz, siendo el único competidor a parte de los dos citados que se hallaba aún en la misma vuelta, pues Menditeguy ya había perdido un circuito. En la curva de Ascari se le desprendió la rueda trasera izquierda a Castellotti, perdiendo éste el control sobre su maquina. La misma fue a parar sobre la franja de pasto, sin que el piloto sufriera daño alguno. Automáticamente Menditeguy avanzó al 3er puesto después de haber realizado una carrera inteligente, sin apremiar su máquina demasiado al principio. Digno de mención es también el desempeño de Harry Schell, quien en ningún momento mostró rasgos de cansancio sino, muy al contrario, fue siempre el activo y dinámico Harry Schell que conocemos desde hace años.



Este V Gran Premio de la República Argentina no merece, creemos, comentarios muy profundos para analizar lo sucedido. Fue en todo momento neta la superioridad y especialmente el aguante mecánico de las Maserati, tanto que todas las máquinas de esta marca que largaron llegaron al final, y solamente 2 de las 6 Lancia-Ferrari que iniciaron la prueba pudieron resistir las 3 horas. Este es un índice elocuente del rendimiento que alcanzaron en los últimos meses las Maserati. Fangio y Behra no se vieron en ningún apuro desde el momento en que se retiró Collins en la 25ta vuelta, aunque no deba quitarse méritos a la performance de Castellotti.



De los demás pilotos cabe destacar el excelente desempeño de De Portago, Collins, Von Trips, Perdisa -muy tranquilo - Bonnier -piloto regularísimo- y de Tomaso quien en su primer Grand Prix realizo una exhibición linda aunque dejándose llevar a veces por su ímpetu.
De todas maneras su desempeño con una Ferrari antigua, de solo 2 litros de cilindrada, fue digno de mención. Stirling Moss tuvo pésima suerte, quedándole como único consuelo el de haber conquistado el record de vuelta con l’44"7 a 134,532 Km/ph. en el 75to circuito. Es la vuelta más veloz alcanzada en carrera en el circuito número 2 del Autódromo a través de cinco disputas del Gran Premio República Argentina, realizado esta vez en un marco magnifico ante un público no muy numeroso, pero con una organización perfecta que nos pone en condiciones de expresar haber asistido a una carrera digna de su jerarquía.



Ni el desagradable incidente ocurrido en los boxes, cuando un mecánico de la Ferrari se vio en la necesidad de arrojarle la bandera colorada a Perdisa sobre el capot para instarlo a detenerse, suceso que habla de la falta de respeto reinante en este equipo para con las órdenes que se imparten desde el box; ni este incidente – insistimos – pudo empañar el brillo de la jornada. Para Fangio significa este triunfo su cuarta victoria en el Gran Premio de su país y a la vez el conseguido con mayor facilidad. No por ello deja de brillar la calidad del eximio volante balcarceño.

Fuente: Revista El Grafico Nro 1949. Enero de 1957

0 comentarios:

Publicar un comentario