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viernes, 27 de noviembre de 2009

Adios Efecto Suelo


Todo alguna vez, tiene que terminar. Y los días del efecto suelo, no fueron la excepción.
1982 empezó con cierta tranquilidad, producto de los acuerdos pactados durante el receso de la temporada. Aunque a mediados del campeonato, más precisamente en Imola, otra vez, hubo enfrentamientos entre ambas asociaciones, justo en una de las carreras más vibrantes de todo el ciclo.
El efecto suelo, había sido prácticamente abolido. En efecto, las medidas tomadas y los acuerdos establecidos durante el receso, dieron fin al descubrimiento de Colin Chapman. Solo se permitiría el uso de pontones laterales, que contuvieran a los radiadores principales, y apenas un esbozo de perfil alar, que prácticamente no ejercía función alguna.
El fin de una era y el principio de otra...ya que el campeonato de 1982, estaría signado por el uso -cada vez más masivo- de los motores con turbocompresor.

No obstante, el legado de los años de efecto suelo dejaría una huella profunda en la Fórmula 1. Huella que todavía se siente, sobre todo, en lo que a los estudios de aerodinámica se refiere.Es que nunca antes había sido tan importante esta materia en el desarrollo de los autos de carrera.
Se había comprobado -definitivamente- que no todo era motor y una suspensión eficiente. De ahí en más, para ser competitivos, los chasis tendrían que tener un grado de rigidez cada vez más alto, para poder soportar presiones aerodinámicas cada vez mayores. Sumémosle el notable incremento de la potencia de los motores, en especial los turbo, y era lógico que los días de los chasis con estructura de "Honeycomb" de aluminio, estaban por terminar.
Pronto llegarían los materiales compuestos, los únicos capaces de dar los valores de rigidez que se requerían.Los diseños, ante la pérdida del efecto suelo, se mostraban mas bien anchos -casi pantagruélicos- a fin de obtener una performance satisfactoria, y no agrandar en demasía el tamaño de los alerones, so pena de perder velocidad final en recta.


1982 fue un año también trágico para los fans de todo el mundo. Después de la antes mencionada carrera de Imola, en donde Didier Pironi, le "robó" el triunfo a su coequiper Gilles Vileneuve, cuando todo indicaba -dentro del equipo FERRARI- que era él, el primer piloto y el lógico candidato al título mundial. La amistad se rompió y las presiones típicas del juego ferrarista se hicieron sentir...durante los entrenamientos para el G.P. de Bélgica, en la vieja pista de Zolder, Villeneuve, buscando el mejor tiempo posible en forma frenética, no llegó a ver al ARROWS de Jochen Mass, que circulaba a marcha muy lenta.

El impacto fue inevitable y el FERRARI del canadiense voló por los aires dando una incontable cantidad de tumbos y despedazándose completamente. La butaca de Gilles, se desprendió en uno de los tantos tumbos y el piloto se vio despedido golpeando violentamente contra el piso y las mallas de contención. No hubo nada que hacer...Villeneuve moría y nacía la leyenda...Poco tiempo después Didier Pironi era quien se accidentaba, volando su monoplaza a más de 230 km. por hora e impactando contra los guardarails. Pironi sufrió más de 50 fracturas en ambas piernas, con lo cual quedaba fuera del campeonato...un año negro para FERRARI, que -para colmo de males- había logrado hacer de su 126 C2 un auto tremendamente competitivo, al punto que podría haberse llevado los dos campeonatos (pilotos y constructores) de ese año.Nada es para siempre...y dentro de la Fórmula 1, esto es crudamente cierto.
El efecto suelo, marco a fuego (...o a viento? ) tres años. Años de duras batallas en la pista y en los despachos de los dirigentes, años de avance técnico incomparable, nada volvería a ser igual. El futuro de la categoría desandaría otros caminos en la búsqueda de la máxima velocidad y performance. El turbo era una realidad y pronto todos los autos optarían por esa solución so pena de quedarse afuera de la conversación. Los materiales compuestos, se harían tan imprescindibles como lo fueron el aluminio y el titanio en otros momentos. Las computadoras y la telemetría se avecinaban a pasos agigantados. Suspensiones inteligentes, tracción controlada electrónicamente...y un infinito número de recursos llevarían a la Fórmula 1 a esta realidad que hoy nos toca vivir. Si bien el efecto suelo, se siguió usando en otras categorías, tales como los Indy cars, la extinguida Fórmula 2 y también la 3, y alguna que otra categoría local...

La Fórmula 1 le decía adiós para siempre, a partir de 1983. Las úlceras de diseñadores y jefes de equipo provendrían de otras causas y los pilotos se las verían con otros problemas para llevar al limite a sus autos...la historia del aire y los años chupados al piso termina acá...fue una época única, terrible y maravillosa al mismo tiempo, como solo la Fórmula 1 lo puede hacer...

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