Retrorace, blog miembro de FOwwwA (Formula One world wide web Association)

viernes, 8 de mayo de 2009

Didier Pironi


Piloto automovilista de ascendencia italiana, nacido en Villecresne (Val de Marne) el 25 (ó 26) de Marzo de 1952, y que, dotado de gran determinación, fue escalando con éxito todas las fórmulas promocionales francesas y europeas hasta desembocar en la fórmula l, en la que a punto estuvo de conseguir el título de campeón del mundo de 1982 como piloto oficial de Ferrari. Ese era su gran objetivo, puesto que Didier estaba resuelto a ser el primer francés que lograra tal galardón. Hijo único, contraería el virus de la gasolina a los 12 años, cuando su primo José Dolhem comenzó a competir. Acompañándole a todas partes, aprendió Didier los recursos del oficio y conoció a pilotos principiantes y consagrados, como Jean-Pierre Beltoise, Patrick Depailler, Jean-Pierre Jarier, Claude Vigreux o Jean-Claude Guénard. En esa época dispone de motos propias (Suzuki 50, Yamaha 100) y puede probar las de competición de Vigreux, así como ser testigo de una victoria del gran Jim Clark en una carrera de fórmula II en Pau. En 1968 quiere secundar a Guénard en el Bol d’Or sobre una Kawasaki, pero su madre se opone. Tendrá que esperar a los 18 años y aprender a no contar con la ayuda económica de la familia. Apoyado en su talento y su firmeza de carácter –disimulados por una angelical apariencia infantil-, Didier resolvería convertirse en un piloto profesional por sus propios méritos, despreciando todo lo que no fuera la victoria y el éxito. Armado con estudios técnicos y una decisión arrolladora, se convertiría en jefe de equipo, mecánico, gestor de los patrocinios, probador y piloto de sus monoplazas. Por otra parte, para mantener la imprescindible forma física practicaba el atletismo, el remo, el tennis, el squash y la natación (campeón universitario de 100 m libres con 57,2 s). Así, logró el Volant Elf/Paul-Ricard en 1972, fue campeón de fórmula Renault en 1974 (7 victorias) y 3º de la Challenge Européen de Super Formule-Renault 1975 (tras René Arnoux y Jean Ragnotti). A finales de esta temporada corrió el Tour de Corse al volante de un Renault 12 Gordini y con Bonamour de navegante; era una anécdota en su carrera, pero sin duda Didier quería "hacer manos", comprobar sus reflejos y experimentar en el rally más duro de aquel tiempo, con sus 20.000 curvas.En 1976 ganó el Grand Prix de Monaco de fórmula III, además de quedar campeón de la Challenge Super Renault ese año (ante Alain Cudini y Dany Snobeck). El año siguiente gana la prueba de fórmula II de Estoril y en 1978 vence en la clásica 24 Horas de Le Mans, junto a Jean-Pierre Jaussaud y sobre un Alpine A442 B-Renault Turbo, a 210,2 Km/h de media. Fue una victoria muy trabajosamente conseguida ante el Porsche 936 de Ickx/Barth/Wollek; el Alpine se quedó sin embrague y Didier se desmayó tras un doble relevo agotador. Paradójicamente, el siguiente lunes 13 de Junio se le retiraba el carnet de conducir durante tres meses, en aplicación de una sentencia anterior que le sancionaba por haber circulado por las proximidades de Nevers a 100 Km/h, cuando el máximo permitido era de 60 Km/h. Desembocó en la fórmula I ese mismo año con Tyrrell, para quien pilotó también la siguiente temporada, pasando a Ligier en 1980 (primera victoria en el GP de Bélgica), y entrando en Ferrari en 1981. Aquí, su fulgurante carrera sufrió un atasco. Por primera vez, sus resultados resultaban peores que los de su compañero de equipo, que esta vez no era otro que el espectacular franco-canadiense Gilles Viilleneuve, quien logró dos victorias contra sólo un 4º puesto de Didier.Decidido a dar un giro a la situación en la temporada siguiente (con el nuevo Ferrari 126C2, diseñado por Harvey Postlethwaite), Pironi –que no podía admitir ser segundo de nadie- corre con el cuchillo entre los dientes y a punto está de ganar el prestigioso Grand Prix de Monaco, tras los errores de Prost y Patrese, pero un fallo eléctrico de su Ferrari en el túnel concede el triunfo a un perplejo Riccardo Patrese. Poco después, Didier arrebataría la victoria a Villeneuve en el GP de San Marino, rompiendo, al parecer, un gentlemen’s agreement previo, lo que enfureció a Gilles. La rivalidad entre ambos ases se acentuó hasta el punto de que ni siquiera se hablaban y, probablemente, fue la causa remota de la desaparición de Villeneuve en Zolder. No obstante, Didier siguió compitiendo consigo mismo, haciendo caso omiso del accidente mortal de Paletti en el Grand Prix de Canadá, en el que Pironi fue protagonista. Nada podía disminuir su ánimo y en el de Holanda obtuvo una gran victoria. Con 9 puntos de ventaja en la provisional del campeonato, se encontraba llamado a cumplir su sueño hasta que, preparando en Hockenheim el Grand Prix de Alemania, un terrible accidente en entrenos no cronometrados con lluvia truncó sus esperanzas y su carrera automovilística.Aunque bajo el diluvio que caía y con visibilidad casi nula los tiempos no fueran relevantes, Didier, empeñado en testar el coche en esas condiciones a un ritmo diabólico, terminó colisionando por alcance con el Renault de Prost. (Paradójicamente, sería Alain Prost quien consiguiera ser el primer francés campeón del mundo, tres años más tarde.) El impacto fue terrible; Didier se partió ambas piernas, quedándole una de ellas prácticamente seccionada, unida sólo por un tendón y su nervio. La muerte había acudido a la cita, pero aquel treintañero, que aún conservaba sin marchitar una expresión pícara de pilluelo parisino, le cerró la puerta con la entereza y la determinación de que había hecho gala hasta entonces: "Todavía no."Con enorme tesón y sacrificio y tras una treintena de operaciones, Didier Pironi (que había disputado 70 Grands Prix, logrando 101 puntos y 3 victorias) se recuperó, y estaba decidido a retornar a la especialidad suprema: en 1986 se probó a sí mismo al volante de un AGS-Motori Moderni y un Ligier-Renault, y para 1988 esperaba disponer de un Lola-Ford Cosworth del equipo de Gérard Larrousse; pero, entretanto, se dedicó a la motonáutica. También aquí su objetivo sería el campeonato del mundo, y también aquí llegaría a estar a punto de conseguirlo. En la temporada 1987 ya había obtenido una victoria en el Grand Prix de Arendal (Noruega). Sin embargo, la semana siguiente (el domingo 23 de Agosto), en la disputa del Needles Trophy de Cowes, en aguas de la isla de Wight, sufrió un accidente mortal. Su embarcación off-shore Colibri 4-Lamborghini (rediseñada por el propio Pironi, bimotora, con 3.000 HP en total) iba lanzada a 150-160 Km/h cuando se encabritó y volcó al cruzar la estela de un pequeño petrolero. Con su determinación habitual, Didier Pironi no había cortado gases al pasar sobre el agua rizada, pereciendo ahogado tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza contra el mar en el vuelco de la canoa. También murieron sus dos acompañantes, Guénard y Giroux.Entrevistado por Gérard Flocon en 1978, Pironi afirmaba que en absoluto era supersticioso, para revelar a continuación que, en 1972, previamente a la final del Volante Elf, el Mago de Le Castellet le había facilitado la clasificación –exacta- de los cuatro primeros finalistas; además, había predicho la muerte de François Cevert (1944-1973), así como que veía al propio Didier involucrado en un grave accidente con incendio -como aquellos en los que murieron Ronnie Peterson (1944-1978) y Riccardo Paletti (1952-1982).

0 comentarios:

Publicar un comentario