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martes, 19 de mayo de 2009

Damon Hill



Damon Hill no se pensaba que su vida le depararía tantas dificultades para llegar a un sueño al que aspiraba desde la infancia: ser campeón de motociclismo, deporte que amaba apasionadamente.


Nacido en 1960 e hijo de Graham Hill, mítico piloto de automovilismo inglés, Damon nació cuando su padre estaba en lo alto de su carrera en la Fórmula Uno. Graham Hill, participó en 176 Grandes Premios, consiguiendo un total de 14 victorias, 2 títulos mundiales en 1962 y 1968 y el primer puesto en las 24 Horas de Le Mans. Incluso fue el primer piloto en conseguir el triunfo en dos de las más prestigiosas carreras del Mundo: Montecarlo (GP de Mónaco) y las 500 Millas de Indianápolis. Esta trayectoria profesional serviría de referente para Damon, quien decidió encaminar su futuro hacia el mundo del motor, aunque no fue todo un camino de rosas. Desde el 25 de noviembre de 1975 todo fue distinto.
El patrimonio de Graham disminuyó considerablemente, ya que su nueva escudería no lograba buenos resultados deportivos. Eso provocó que, entre otras cosas, el padre de Damon aplazara la revisión regular de su avioneta privada dado el alto coste que comportaba. Pero lo peor estaba por llegar. Ocurrió cuando Graham Hill utilizó su insegura avioneta para volver a Inglaterra desde Francia, donde habían estado realizando los entrenamientos en el circuito de Paul Ricard. A poco más de un quilómetro del aeropuerto inglés y con la niebla de testigo, rozó el techo de un club de golf y perdió el control, precipitándose directamente hacia el suelo. Graham Hill falleció con tan solo 46 años, dejando a una familia que mantener.
El seguro del campeón inglés se negó a pagar y las familias de las cinco personas que le acompañaban en la avioneta no tuvieron más remedio que llevar el lamentable suceso ante la justicia. De la noche a la mañana, la familia Hill se quedaba en la ruina. A partir de ese momento, la madre de Damon, Bette Hill, puso a su hijo a estudiar en una escuela de comercio, pero el joven abandonó rápidamente los estudios ya que su gran deseo eran las motos.
Las diferencias con su padre eran muy notorias, tanto en el físico como en su mentalidad. Sin embargo, Damon tenía una cualidad que heredó de su padre: una tenacidad inconmovible. Quería volar, pero solamente sobre dos ruedas. Aunque decidió dibujar sobre su casco el famoso color azul marino con bandas blancas que identificaba su club de aviación. Tuvo que trabajar de repartidor de correo en moto para poder financiarse su Kawasaki. Así pudo correr durante 2 años sobre dos ruedas.
Atemorizada por las motos, la madre de Damon Hill consiguió que le aceptaran en un curso de pilotaje de coches en la escuela Winfield de Magny-Cours. Pero al final del 83, no pasó de las semifinales y tuvo que abandonar el curso. Después del fracaso en Magny-Cours, Damon volvió a las carreras de motos un año más tarde y con una Yamaha 350, ganó unas cuarenta pruebas regionales. Su carácter rebelde vio la luz, entre otras cosas, formando parte de un grupo de rock llamado “Sex, Hitler y las hormonas” donde se encargaba de hacer sonar la guitarra. Alucinante… Sin abandonar la idea que su hijo condujera un vehículo, Bette le consiguió un volante en un Fórmula Ford con el que ganaría su primera carrera. Después de toda una temporada Damon decidió pasarse a la F3. Consiguió dos victorias en 1987, más otras dos en 1988 acabando tercero del campeonato inglés. Este mismo año se casó con Georgie.
1989 fue particularmente un mal año para Hill. Su mujer acababa de dar a luz un niño disminuido y no tenía ningún otro trabajo más que las carreras de coches. Después de disputar algunas pruebas en F3000, Dennis Nursay, en 1992, le permitió reemplazar a Giovanna Amati, consiguiendo así su primera participación en un gran Premio de la Fórmula Uno. Fue en Silverston. Por aquel entonces tenía 32 años, tres más que su padre cuando empezó sus primeros pasos en la Fórmula 1. Se clasificó último, a cuatro vueltas del primero.
En 1994 y después de la desgraciada muerte de Ayrton Senna, a Damon Hill le llegó entonces la reponsabilidad de ser primer piloto de la escudería. Consiguió varias victorias. De sus luchas con Michael Shumacher se recuerda esa última vuelta al GP del Japón donde Hill aguantó el ataque de Schumacher. Una estupenda actuación que le valió los elogios de Ron Denis.
Tocó el cielo en 1996, cuando consiguió el título mundial de Fórmula 1 para la escudería Williams Renault. Desde entonces, su casco azul marino con bandas blancas brilló con luz propia en los circuitos de todo el mundo. Pero el británico anunció con 38 años que se retiraba. Sus malas actuaciones en Jordan hicieron poner fin a una carrera que despegó tarde pero que cosechó grandes momentos.
Damon Hill disputó 105 grandes premios, consiguió 22 victorias, 1 único título Mundial y 20 poles position. Casado y padre de cuatro hijos, el piloto británico reside actualmente en Dublín, donde lleva ya unos años disfrutando de los suyos y recogiendo todo lo que sembró sobre ruedas en los circuitos de todo el mundo.

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