El único auto de carrera que piloteó Bernd Rosemeyer fue el traicionero y peligroso de conducir AutoUnion de motor trasero, y en su corta carrera de dos años, no dejó dudas, fue reconocido como el piloto con mejor talento natural para conducir de todos los tiempos.
Bernard Rosemeyer nació el 14 de octubre de 1909 en Lingen, un pueblo cercano a la frontera holandesa, con 50000 habitantes. Su padre era dueño de un garage y taller, Rosemeyer & Co., situado en Bahnhofstraße. Fue donde Bernd se interesó en las motocicletas y autos. Al terminar la escuela, trabajaba junto con su hermano Job reparando todo tipo de maquinaria.Sus amigos lo conocian como Spotte y a los 11 años ya salía a pasear con sus amigos en el auto de su padre, quien varias veces debió ir a buscarlo a la comisaría del pueblo vecino de Nordhorn. Al año siguiente, junto con su hermano, organizó carreras de motocicletas, las cuales ganaba cómodamente, corriendo sentado, parado, recostado conduciendo con sus pies, etc. A los 16 le fue entregado el registro de conducir, que inmediatamente le fue revocado, por hacer demostraciones con su motocicleta.El cambio en su vida llegó en mayo de 1931, cuando Zündapp lo convocó, en reemplazo de uno de sus pilotos lesionado. Luego de algunas pruebas en el hipódromo de Lingen, comenzó a competir en la categoría 250cc de Speedway. Su primera carrera fue en Oldenburg el 31 de mayo. Rosemeyer ganó con comodidad, y fue la primera de sus 11 victorias de la temporada.Al año siguiente, cambió a carreras de carretera, corriendo como privado, con una BMW, mientras que su hermano ocupó el puesto de director del pequeño equipo, manejando todo lo concerniente a contratos y dinero, pues Bernd parecía totalmente ajeno a ello. Ese año, Bernd dominó en su clase, la de 500cc y llegó segundo en la de 1000cc.En 1933 fue contratado por el equipo NSU, y ganó en Schleizer Dreieck Rennen y Bodhenhein Ring Rennen. En Hungría ganó el Guggerberg Rennen, la carrera del kilómetro de Tat, el Gödöllö Bergrennen y la carrera del kilometro de Budapest.En 1934 corrió para DKW, una de las companias de la recientemente formada AutoUnion. Sus éxitos incluyeron victorias en Marienberger Dreieck Rennen, Schleizer Dreieck Rennen, medalla de oro en Hohenstaufen, en Harzfahrt, en los 2000 km Fahrt y en el Internationalen 6-Tage Fahrt.
Un nuevo y revolucionaro auto de Grand Prix estaba siendo construido en la fábrica de Horch, en Zwickau, bajo dirección del Dr. Ferdinand Porsche. Las principales novedades de estos vehículos eran sus motores de 16 cilindros instalados en la parte posterior y un novedoso sistema de suspensión independiente en las cuatro ruedas, e incorporó por primera vez carrocerías aerodinámicas. Al oír hablar de este nuevo desarrollo Rosemeyer sintió que él estaba destinado a conducir estas bestias sobre ruedas. El piloto número 1 del equipo AutoUnion era el austríaco Hans Stuck, quién llevó al nuevo producto a la victoria en los Grandes Premios de Alemania, Suiza y Checoslovaquia. El jefe deportivo de AutoUnion, Willy Walb finalmente dio lugar a las súplicas del jóven piloto y le ofreció una jornada de pruebas en noviembre. El día de la prueba, Rosemeyer llegó ¡vestido de traje! Cuando Walb le preguntó por que no llevaba puesto un overol, Rosemeyer contestó "Es un momento muy importante para mi, mi primer contacto con un automovil de carrera, asi que pense vestir bien para la ocasión". Walb no sabía qué hacer con este piloto impetuoso rondaba en su cabeza la idea de no permitirle conducir el auto, pero pronto tuvo la respueta. La prueba era en el peligroso Nurburgring, pero Rosemeyer estaba familiarizado con el circuito, ya que había corrido en varias ocasiones en motocicleta. Rápidamente demostró sus dotes conductivos, a pesar de estar conduciendo una máquina diez veces más potente que cualquier aparato que hubiera conducido antes. De pronto, Rosemeyer aceleró un momento ántes de lo debido e hizo un doble trompo con salida de pista incluida. Retornó a los boxes, donde los mecánicos chequearon los daños sufridos Willy Walb dudaba que Bernd pudiera domesticar a la bestia. Rosemeyer volvió a la pista y pronto igualó los tiempos de vuelta del sumamente experimentado Stuck. Walb decidó contratar a Rosemeyer como piloto de reserva. El automóvil que aterrorizó a más de un piloto habia sido domado. Debido a que fue su primera experiencia en autos de carrera, Rosemeyer asumió que el manejo de todos los autos de Grand Prix era similar al complejo, engañoso y traicionero AutoUnion. La temporada de 1935 comenzó pero Rosemeyer todavía no había conducido el coche en carrera. Walb lo consideraba demasiado inexperto para conducirlo en el GP de Avus cerca de Berlín. Rosemeyer comenzó a dejar notas para Walb donde él no podría evitar verlas, que preguntaban "¿por qué Rosemeyer que no conduce?" y "¿dónde está el auto para Rosemeyer?" Finalmente Walb accedió, si Rosemeyer deseaba arriesgar su vida en un circuito rápido y peligroso como Avus, él, por lo menos, le había advertido que no lo hiciera. Clasificó tercero, pero en carrera rompió el impulsor. La carrera siguiente era el Eifelrennen, que se corría en Nurburgring. Rosemeyer era solamente el cuarto piloto del equipo pero cuando los otros pilotos sufrieron inconvenientes, quedó solo él para atacar a los Mercedes que lideraban la competencia. Le dieron la orden de ir a la caza de los Mercedes. Condujo el AutoUnion como jamás se había visto en el Nurburgring, con derrapes controlados, a puro acelerador. Rapidamente, pasó a Chiron y Fagioli, y llegó hasta el lider, Rudolf Caracciola. Al entrar a la recta principal, todos quedaron azorados, al ver a este desconocido joven delante del mejor piloto de Alemania. El conductor alemán más grande de la historia había perdido la punta en manos de un joven que solo tenía unas cuantas horas de experiencia en autos de carrera, pero Caracciola contraatacó y finalmente venció a Rosemeyer por tan solo 1,8 segundos. Luego de esta asombrosa demostración de manejo, Bernd fue pormovido a piloto oficial, junto con Stuck y Varzi. En su siguiente carrera, se vió envuelto en una dura lucha contra el más grande de todos los tiempos, Tazio Nuvolari. En Pescara, Italia, intentó superar a Mantuan por fuera, pero el auto patinó y se fue de pista, rompiendo ambas cubiertas traseras. Se las ingenió para llegar a boxes y lejos de sentirse desmoralizado por el suceso, pidió a gritos que le reemplazaran los neumáticos, inmediatamente después volvió al ataque. En la octava vuelta tuvo problemas con los frenos delanteros y se fue nuevamente de pista, saltando sobre una zanja y esquivando por milímetros un poste telefónico. Finalmente, luego de pasar muchos autos, arribó a la bandera a cuadros en segunda posición, detrás de su compañero de equipo, Varzi. Luego de la carrera, el Dr. Porsche fue al lugar donde Rosemeyer se fue de pista, y midió la distancia entre el poste de telefono y el puente. Solamente 2 centímetros más ancho que el auto. El Ingeniero Porsche fue a buscar al joven piloto, le estrechó la mano, afectuosamente lo palmeó en el hombro y le agradeció que trajera el auto en una pieza. Rosemeyer ganó su primera carrera en el G.P. de Masaryk en Checoslovaquia, donde arribó 6 minutos delante de Nuvolari y Chiron.El orden que reinaba en las carreras de Grand Prix fue roto por la irrupción de Rosemeyer. En su primer temporada, llegó al tope de las posiciones. Su victoria más grande, el Eifelrennen, corrido en su circuito preferido, el Nurburgring. Venciendo a Von Brauchitsch, Caracciola y Nuvolari en un circuito cubierto por una espesa niebla, conduciendo en condiciones que se acercaron a las de cero visibilidad, se consagró como el Nebelmeister, el amo de las nieblas. Además ganó los Grand Prix de Alemania, Pescara, Suiza e Italia, y se consagró holgadamente como Campeón Europeo. En el Grand Prix de Mónaco de ese año, pisó aceite, hizo un trompo y fua a dar contra un puente. Un enorme florero de piedra ornamental, cayó del puente, por el golpe. Rosemeyer llegó a boxes cinco minutos más tarde con el florero de piedra en sus brazos, "si no puedo ganar la copa verdadera," dijo sonriendo, "por lo menos llevaré este trofeo como recuerdo." Al año siguiente llevó aún más victorias para la casa AutoUnion, incluyendo el prestigioso trofeo Vanderbilt donde el "alemán amistoso" dejó una buena y duradera impresión entre sus anfitriones americanos. En el Grand Prix Alemán, sacudió a Mercedes, ganando la Pole Position por seis segundos. Su carrera se vió perjudicada por numerosas salidas de pista, pero, aún cuando sus compañeros abandonaron, debido a lo indócil de los autos, Rosemeyer peleó hasta el final, luego de luchar durante 4 horas contra el auto y sus contrincantes, arribó en un muy meritorio tercer lugar. Junto con el vencedor, Caracciola, fueron invitados a la entrega de premios, donde se encontraban altos jerarcas nazis. Demostrando su desdén hacia ellos, Rosemeyer encendió un cigarrillo y lo puso en los labios de una estatua nazi, cuando Adolf Huhnlein estuvo de espaldas. Las carcajadas generales del público y de los mismos jerarcas, alertaron a Huhnlein, quien rápidamente se dió vielta, solo para ver a Rosemeyer con cara de inocente. La última carrera de la temporada fue el Grand Prix de Inglaterra, corrido en Donington Park, lugar donde Rosemeyer humilló a los ídolos ingleses delante de 50.000 almas que esperaban una cómoda victoria. A pesar de la encarnizada lucha contra Mercedes, Rosemeyer se alegró al saber que para 1938, tendría como compañero de equipo a su rival más poderoso y amigo Tazio Nuvolari. Al finalizar la temporada, en Mercedes se respiraba un aire de derrota, a manos del equipo AutoUnion, por lo cual decidieron intentar romper el record de velocidad en tierra, que ostentaba AutoUnion. Este intento tomaría lugar en la autopista Frankfurt-Darmstadt-Heidelberg. Rosemeyer al describir su corrida para romper el record de velocidad dijo: "...Cerca de los 390 Km/h los empalmes en la superficie de concreto de la carretera se sienten como fuertes golpes en el cuerpo, y se siente una resonancia muy fuerte, que recorre todo el auto, pero ésta desaparece a mayor velocidad. Pasando debajo de los puentes el piloto recibe un fuerte golpe al pecho, porque el coche penetra el aire atrapado debajo del puente y lo desvía hacia un lado. Cuando usted va debajo de un puente, por una fracción de segundo desaparece totalmente el sonido del motor y después vuelve como un trueno cuando se supera el mismo."
Fijaron la fecha de su tentativa para finales de enero antes del Berlín Automobile Show. AutoUnion no podía ignorar la publicidad que este record daría a Mercedes, en caso de tener éxito. Por lo cual se decidió alistarse para competir, en el caso que Mercedes rompiera el record. El 27 de enero de 1938 Alfred Neubauer comprobó el clima con la Oficina del Tiempo del aeropuerto de Frankfurt y notó que el clima sería el ideal la mañana siguiente, pero que el viento tomaría fuerza después de las 9 de la mañana. A las 8, Caracciola hizo su intento y el record cambió de manos, cronometrando 431 Km/h, el record pasó a manos de la empresa de la estrella. "Estaba nervioso" Caracciola diría. "el camino parecía una banda blanca estrecha, y los puentes a minúsculos orificios negros. Era cuestión de apuntar el coche y pasar a través de ellos... ". Rosemeyer fue el primero en felicitar a Caracciola, y a continuación le dijo: "mi turno." Caracciola, estaba al tanto de la predicción para los vientos fuertes, e intentó advertir a su rival joven pero Rosemeyer contestó que él era uno de "los afortunados." Momentos antes de mediodía Rosemeyer entró en la carlinga cerrada especialmente diseñada para la ocasión y salió raudamente a recuperar lo que era suyo. Cuando se encontraba rodando a 440 Km/h, una ráfaga de viento golpeó al AutoUnion sacándolo del camino y causando la muerte instantanea de Bernd Rosemeyer. Neubauer, Caracciola y Von Brauchitsch, sus rivales de Mercedes, se sentaron en silencio a un costado del camino durante un largo rato, golpeados por la noticia. "Inmóviles como estatuas" según palabras de Caracciola "Bernd no conocia el miedo" y que "Durante las carreras, muchos de nosotros, temiamos que le pasaría lo peor, pues él siempre fue al límite. Nunca creí que viviese muchos años corriendo así, tarde o temprano iba a suceder, pero no pensé que sería hoy..."
Un nuevo y revolucionaro auto de Grand Prix estaba siendo construido en la fábrica de Horch, en Zwickau, bajo dirección del Dr. Ferdinand Porsche. Las principales novedades de estos vehículos eran sus motores de 16 cilindros instalados en la parte posterior y un novedoso sistema de suspensión independiente en las cuatro ruedas, e incorporó por primera vez carrocerías aerodinámicas. Al oír hablar de este nuevo desarrollo Rosemeyer sintió que él estaba destinado a conducir estas bestias sobre ruedas. El piloto número 1 del equipo AutoUnion era el austríaco Hans Stuck, quién llevó al nuevo producto a la victoria en los Grandes Premios de Alemania, Suiza y Checoslovaquia. El jefe deportivo de AutoUnion, Willy Walb finalmente dio lugar a las súplicas del jóven piloto y le ofreció una jornada de pruebas en noviembre. El día de la prueba, Rosemeyer llegó ¡vestido de traje! Cuando Walb le preguntó por que no llevaba puesto un overol, Rosemeyer contestó "Es un momento muy importante para mi, mi primer contacto con un automovil de carrera, asi que pense vestir bien para la ocasión". Walb no sabía qué hacer con este piloto impetuoso rondaba en su cabeza la idea de no permitirle conducir el auto, pero pronto tuvo la respueta. La prueba era en el peligroso Nurburgring, pero Rosemeyer estaba familiarizado con el circuito, ya que había corrido en varias ocasiones en motocicleta. Rápidamente demostró sus dotes conductivos, a pesar de estar conduciendo una máquina diez veces más potente que cualquier aparato que hubiera conducido antes. De pronto, Rosemeyer aceleró un momento ántes de lo debido e hizo un doble trompo con salida de pista incluida. Retornó a los boxes, donde los mecánicos chequearon los daños sufridos Willy Walb dudaba que Bernd pudiera domesticar a la bestia. Rosemeyer volvió a la pista y pronto igualó los tiempos de vuelta del sumamente experimentado Stuck. Walb decidó contratar a Rosemeyer como piloto de reserva. El automóvil que aterrorizó a más de un piloto habia sido domado. Debido a que fue su primera experiencia en autos de carrera, Rosemeyer asumió que el manejo de todos los autos de Grand Prix era similar al complejo, engañoso y traicionero AutoUnion. La temporada de 1935 comenzó pero Rosemeyer todavía no había conducido el coche en carrera. Walb lo consideraba demasiado inexperto para conducirlo en el GP de Avus cerca de Berlín. Rosemeyer comenzó a dejar notas para Walb donde él no podría evitar verlas, que preguntaban "¿por qué Rosemeyer que no conduce?" y "¿dónde está el auto para Rosemeyer?" Finalmente Walb accedió, si Rosemeyer deseaba arriesgar su vida en un circuito rápido y peligroso como Avus, él, por lo menos, le había advertido que no lo hiciera. Clasificó tercero, pero en carrera rompió el impulsor. La carrera siguiente era el Eifelrennen, que se corría en Nurburgring. Rosemeyer era solamente el cuarto piloto del equipo pero cuando los otros pilotos sufrieron inconvenientes, quedó solo él para atacar a los Mercedes que lideraban la competencia. Le dieron la orden de ir a la caza de los Mercedes. Condujo el AutoUnion como jamás se había visto en el Nurburgring, con derrapes controlados, a puro acelerador. Rapidamente, pasó a Chiron y Fagioli, y llegó hasta el lider, Rudolf Caracciola. Al entrar a la recta principal, todos quedaron azorados, al ver a este desconocido joven delante del mejor piloto de Alemania. El conductor alemán más grande de la historia había perdido la punta en manos de un joven que solo tenía unas cuantas horas de experiencia en autos de carrera, pero Caracciola contraatacó y finalmente venció a Rosemeyer por tan solo 1,8 segundos. Luego de esta asombrosa demostración de manejo, Bernd fue pormovido a piloto oficial, junto con Stuck y Varzi. En su siguiente carrera, se vió envuelto en una dura lucha contra el más grande de todos los tiempos, Tazio Nuvolari. En Pescara, Italia, intentó superar a Mantuan por fuera, pero el auto patinó y se fue de pista, rompiendo ambas cubiertas traseras. Se las ingenió para llegar a boxes y lejos de sentirse desmoralizado por el suceso, pidió a gritos que le reemplazaran los neumáticos, inmediatamente después volvió al ataque. En la octava vuelta tuvo problemas con los frenos delanteros y se fue nuevamente de pista, saltando sobre una zanja y esquivando por milímetros un poste telefónico. Finalmente, luego de pasar muchos autos, arribó a la bandera a cuadros en segunda posición, detrás de su compañero de equipo, Varzi. Luego de la carrera, el Dr. Porsche fue al lugar donde Rosemeyer se fue de pista, y midió la distancia entre el poste de telefono y el puente. Solamente 2 centímetros más ancho que el auto. El Ingeniero Porsche fue a buscar al joven piloto, le estrechó la mano, afectuosamente lo palmeó en el hombro y le agradeció que trajera el auto en una pieza. Rosemeyer ganó su primera carrera en el G.P. de Masaryk en Checoslovaquia, donde arribó 6 minutos delante de Nuvolari y Chiron.El orden que reinaba en las carreras de Grand Prix fue roto por la irrupción de Rosemeyer. En su primer temporada, llegó al tope de las posiciones. Su victoria más grande, el Eifelrennen, corrido en su circuito preferido, el Nurburgring. Venciendo a Von Brauchitsch, Caracciola y Nuvolari en un circuito cubierto por una espesa niebla, conduciendo en condiciones que se acercaron a las de cero visibilidad, se consagró como el Nebelmeister, el amo de las nieblas. Además ganó los Grand Prix de Alemania, Pescara, Suiza e Italia, y se consagró holgadamente como Campeón Europeo. En el Grand Prix de Mónaco de ese año, pisó aceite, hizo un trompo y fua a dar contra un puente. Un enorme florero de piedra ornamental, cayó del puente, por el golpe. Rosemeyer llegó a boxes cinco minutos más tarde con el florero de piedra en sus brazos, "si no puedo ganar la copa verdadera," dijo sonriendo, "por lo menos llevaré este trofeo como recuerdo." Al año siguiente llevó aún más victorias para la casa AutoUnion, incluyendo el prestigioso trofeo Vanderbilt donde el "alemán amistoso" dejó una buena y duradera impresión entre sus anfitriones americanos. En el Grand Prix Alemán, sacudió a Mercedes, ganando la Pole Position por seis segundos. Su carrera se vió perjudicada por numerosas salidas de pista, pero, aún cuando sus compañeros abandonaron, debido a lo indócil de los autos, Rosemeyer peleó hasta el final, luego de luchar durante 4 horas contra el auto y sus contrincantes, arribó en un muy meritorio tercer lugar. Junto con el vencedor, Caracciola, fueron invitados a la entrega de premios, donde se encontraban altos jerarcas nazis. Demostrando su desdén hacia ellos, Rosemeyer encendió un cigarrillo y lo puso en los labios de una estatua nazi, cuando Adolf Huhnlein estuvo de espaldas. Las carcajadas generales del público y de los mismos jerarcas, alertaron a Huhnlein, quien rápidamente se dió vielta, solo para ver a Rosemeyer con cara de inocente. La última carrera de la temporada fue el Grand Prix de Inglaterra, corrido en Donington Park, lugar donde Rosemeyer humilló a los ídolos ingleses delante de 50.000 almas que esperaban una cómoda victoria. A pesar de la encarnizada lucha contra Mercedes, Rosemeyer se alegró al saber que para 1938, tendría como compañero de equipo a su rival más poderoso y amigo Tazio Nuvolari. Al finalizar la temporada, en Mercedes se respiraba un aire de derrota, a manos del equipo AutoUnion, por lo cual decidieron intentar romper el record de velocidad en tierra, que ostentaba AutoUnion. Este intento tomaría lugar en la autopista Frankfurt-Darmstadt-Heidelberg. Rosemeyer al describir su corrida para romper el record de velocidad dijo: "...Cerca de los 390 Km/h los empalmes en la superficie de concreto de la carretera se sienten como fuertes golpes en el cuerpo, y se siente una resonancia muy fuerte, que recorre todo el auto, pero ésta desaparece a mayor velocidad. Pasando debajo de los puentes el piloto recibe un fuerte golpe al pecho, porque el coche penetra el aire atrapado debajo del puente y lo desvía hacia un lado. Cuando usted va debajo de un puente, por una fracción de segundo desaparece totalmente el sonido del motor y después vuelve como un trueno cuando se supera el mismo."
Fijaron la fecha de su tentativa para finales de enero antes del Berlín Automobile Show. AutoUnion no podía ignorar la publicidad que este record daría a Mercedes, en caso de tener éxito. Por lo cual se decidió alistarse para competir, en el caso que Mercedes rompiera el record. El 27 de enero de 1938 Alfred Neubauer comprobó el clima con la Oficina del Tiempo del aeropuerto de Frankfurt y notó que el clima sería el ideal la mañana siguiente, pero que el viento tomaría fuerza después de las 9 de la mañana. A las 8, Caracciola hizo su intento y el record cambió de manos, cronometrando 431 Km/h, el record pasó a manos de la empresa de la estrella. "Estaba nervioso" Caracciola diría. "el camino parecía una banda blanca estrecha, y los puentes a minúsculos orificios negros. Era cuestión de apuntar el coche y pasar a través de ellos... ". Rosemeyer fue el primero en felicitar a Caracciola, y a continuación le dijo: "mi turno." Caracciola, estaba al tanto de la predicción para los vientos fuertes, e intentó advertir a su rival joven pero Rosemeyer contestó que él era uno de "los afortunados." Momentos antes de mediodía Rosemeyer entró en la carlinga cerrada especialmente diseñada para la ocasión y salió raudamente a recuperar lo que era suyo. Cuando se encontraba rodando a 440 Km/h, una ráfaga de viento golpeó al AutoUnion sacándolo del camino y causando la muerte instantanea de Bernd Rosemeyer. Neubauer, Caracciola y Von Brauchitsch, sus rivales de Mercedes, se sentaron en silencio a un costado del camino durante un largo rato, golpeados por la noticia. "Inmóviles como estatuas" según palabras de Caracciola "Bernd no conocia el miedo" y que "Durante las carreras, muchos de nosotros, temiamos que le pasaría lo peor, pues él siempre fue al límite. Nunca creí que viviese muchos años corriendo así, tarde o temprano iba a suceder, pero no pensé que sería hoy..."
Bernd Rosemeyer fue sepultado con todos los honores militares.
1 comentarios:
Lo de Bernd Rosemeyer fue realmente épico, una leyenda como la de Fangio que no se reflejo en los éxitos como le paso al argentino. Era un jim Clark con menos suerte que el escocés, aunque vos dirás, los dos terminaron igual.
Si no te parece mal, comunicate a mi mail, m3_medios@hotmail.com que tengo una propuesta para hacerte. Y otra cosa, si puedes haceme un recorte de imagen, como hiciste con mi sitio, para que yo pueda poner el tuyo en Mundoefeuno. Saludos
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