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lunes, 20 de abril de 2009

Niki Lauda


Nació en el seno de una acaudalada familia. Se convirtió, sin apoyo de sus familiares en piloto de carreras en 1968 y comenzó a correr en la Fórmula 1 con el equipo March en 1971. Su abuelo paterno, Juan Lauda Crespo, era un gallego natural de la aldea de Loña do Monte, en el concello orensano de Nogueira de Ramuín[1]
Tuvo al principio poco éxito tanto en el equipo March como en el BRM, al que se incorporó en 1973, pero dio su gran salto deportivo cuando su compañero de equipo en BRM, Clay Regazzoni, volvió al equipo Ferrari en la temporada 1974. El legendario propietario del equipo, Enzo Ferrari, requirió la opinión de Regazzoni sobre el conductor austriaco, y al recibir buenas refencias inmediatamente lo fichó.
Después de un apagado comienzo de la década de los setenta, el equipo
Ferrari resurgió y la fe en el pequeño austriaco fue recompensada con el segundo puesto en su debut con el equipo en el Gran Premio de Argentina. Pronto siguió su primera victoria en un gran premio, en la cuarta carrera que corrió con la Scuderia, dando con ella fin a un bienio sin victorias del equipo. Lauda y Ferrari se convirtieron en el piloto y la escudería que marcaban el paso del mundial, consiguiendo seis pole positions consecutivas. Una mezcla de falta de fiabilidad e inexperiencia, no obstante, limitó sus resultados a una sola victoria más y un cuarto puesto al final del mundial.
En la
temporada 1975 Lauda consiguió reeditar la brillante trayectoria que había iniciado el año anterior. Después de un discreto comienzo en el que no pasó del quinto puesto en las primeras cuatro carreras de la temporada, Lauda y Ferrari mejoraron y vencieron en cuatro de los siguientes cinco grandes premios. La victoria en el Gran Premio de Estados Unidos, última carrera de la temporada, le valió a Lauda su primer campeonato del mundo.
En
1976, Lauda ganó cuatro de las primeras seis carreras, obteniendo el segundo puesto en las otras dos. Al final de la novena carrera, disputada en Brands Hatch, Lauda había obtenido 61 de los puntos del mundial, más del doble de los que llevaba su más inmediato perseguidor, Jody Scheckter. El segundo campeonato del mundo consecutivo parecía limitarse ya a una formalidad, hecho que no se producía desde las temporadas de 1959 y 1960 en que lo había logrado Jack Brabham. Sin embargo, en la siguiente carrera, en Nurburgring, en 1976 Lauda sufrió graves heridas, que incluían terribles quemaduras al incendiarse su coche en el Gran Premio de Alemania. Tres pilotos se detuvieron para ayudarle: Harald Ertl, Guy Edwards y Arturo Merzario, al que más tarde Lauda le regaló un reloj de oro en agradecimiento. Al borde de la muerte, un sacerdote le administró la extremaunción.[2] A pesar de ello volvió a las pistas tan sólo seis semanas después.
Durante la forzada ausencia de Lauda, el inglés
James Hunt había jugado sus bazas y la última carrera de la temporada, el Gran Premio de Japón, comenzó con una ligera ventaja de Lauda sobre Hunt de 3 puntos. En una pista peligrosamente mojada, Lauda se retiró tras realizar dos vueltas, asegurando que consideraba inseguro continuar en tales condiciones. La causa de este abandono se ha achacado a que al no tener cejas el agua entraba en los ojos del piloto impidiéndole así la visión. Hunt lideró la carrera durante la mayor parte del gran premio, hasta que un pinchazo le hizo perder posiciones. Consiguió remontar, no obstante, hasta la tercera posición, que le valió el título mundial por un solo punto. La anteriormente buena relación de Lauda con el equipo Ferrari se vio gravemente afectada tras ese abandono, y tuvo que soportar una difícil temporada 1977 a pesar de vencer cómodamente el campeonato mundial gracias a su regularidad. Habiendo ya anunciado que abandonaría el equipo al final de la temporada, Lauda anticipó dicho abandono ante la decisión de Ferrari de incorporar a un tercer coche al entonces desconocido Gilles Villeneuve en el Gran Premio de Canadá.
Incorporado al equipo
Brabham en 1978, Lauda pasó dos temporadas sin éxitos, en buena medida debido al radical diseño del coche, con una aerodinámica asistida por turbinas. Tras su única victoria, el coche fue inmediatamente descalificado. En el Gran Premio de Canadá, Lauda informó al propietario de la escudería, Bernie Ecclestone, de su deseó de retirarse inmediatamente, pues no deseaba "seguir conduciendo en círculos". Lauda, que había fundado una compañía de vuelos charter, volvió a Austria para dedicarse a ella a tiempo completo.
Pero en
1982 Lauda volvió a la competición, sintiendo que aún tenía una carrera como piloto por delante. Después de una exitosa prueba con McLaren, su único problema fue convencer al patrocinador del equipo, Marlboro, de que aún era capaz de ganar. Lo demostró en su tercera carrera tras su vuelta a las pistas, ganando el Gran Premio de Long Beach. Lauda consiguió su tercer campeonato del mundo en 1984 con una victoria por medio punto sobre su compañero de equipo Alain Prost.
Tras su retirada en
1985 volvió a la gestión de su compañía aérea, Lauda Air.
En
1995 fue asesor técnico de Ferrari. A su llegada le pidieron consejo para ganar nuevamente después de muchos años de sequía y la respuesta inmediata de Lauda fue "Contraten a Michael Schumacher". Y Michael Schumacher vino y se trajo al equipo de ingenieros de Benetton, encabezados por Ross Brawn. El resultado fue que arrasaron de 2000 a 2004.
Tras la venta de la compañía al socio mayoritario Austrian Airlines, dirigió el equipo
Jaguar en 2001-2002. A finales de 2003, constituyó una nueva compañía aérea, Niki. En la actualidad Lauda colabora como comentarista de F1 en la cadena privada alemana RTL.
Como conductor, se considera que Lauda se ha caracterizado por una aproximación inteligente, que minimizaba los riesgos y maximizaba los resultados, y se le considera uno de los pilotos más concienzudos, capaz de pasarse largas horas refinando el comportamiento del coche. Es autor de cuatro libros.

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