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martes, 29 de junio de 2010

Jimmie Johnson



Es una de las figuras de la NASCAR Sprint Cup, cuatro veces campeón y protagonista todos los fines de semana en la categoria más popular de los Estados Unidos.

Desde niño este piloto es un campeón. Comenzó en el motocrós. El actual tetracampeón de la Copa Sprint, además, se dedica a obras benéficas.
Ser Jimmie Johnson en los Estados Unidos es fácil, pero distinguirse entre los miles y miles de Jimmies que portan ese mismo apellido, no. Por eso el Jimmie, cuatro veces campeón consecutivo de la Nascar, puede ser nombre común, pero con un talento fuera de lo común.


Quizás sus innatas habilidades para manejar un automóvil a alta velocidad se habrían podido quedar inexploradas, pues nació en una familia típicamente trabajadora y de clase media en El Cajón, California, del estrato que en Estados Unidos llaman blue collar. Su padre trabajaba en un servicio de llantas y la mamá manejaba un bus escolar.


A los Jonhson les gustaba concretamente el motocrós, por lo que sus fines de semana eran siempre en sitios donde pudieran poner a rodar sus aparatos. Inevitablemente, el pequeño Jimmie se crió impregnado por esta fiebre. Tanto que algunos dicen que empezó a montar en moto a los 4 años. Lo cierto es que cuando tenía 8, ya era el campeón de la categoría de los 60 centímetros cúbicos y se le citaba como potencial sucesor de Rick Johnson (otro Johnson célebre) quien tenía siete títulos nacionales de motocrós.


Sin embargo, después de romperse siete dedos y desbaratarse una rodilla en una caída, Jimmie hizo una pausa en las competencias. Cuando regresó, lo hizo sobre las cuatro ruedas de las camionetas del Score Trophy y del grupo de entretenimiento Mickey Thompson, muy famoso en el tema de la velocidad en E. U. En esas modalidades, se ganó seis campeonatos en cinco años y le quedó tiempo para ser comentarista del tema en Espn.


Era evidente que un piloto tan dominante no pasaría desapercibido. En 1998, atendiendo un llamado del piloto Ron Hornaday Jr. se enroló en un torneo de stock cars -que equivalen más o menos a los de Nascar-, y de inmediato fue el mejor novato del año, con tal brillo que ese mismo año debutó en la serie nacional Busch de Nascar, la misma ruta por donde empezó el colombiano Juan Pablo Montoya.


Y, tal como le ha sucedido al colombiano, le tomó tres años volver a ganar, pues su primer triunfo fue en julio del 2001, en la desaparecida pista de Chicagoland.

Ahí se prendió la mecha de una larga cadena de éxitos, pues Jeff Gordon, en ese momento la gran estrella de la Nascar, lo contrató como piloto de desarrollo en el Hendrick Motorsports, la escuadra más poderosa de la categoría. Tres meses después, Jimmie debutó en la serie mayor de Nascar con un pobre resultado, ya que clasificó 15 y terminó 39.


Pero ese fue un punto de partida porque su temporada de 2002 fue admirable. Terminó de quinto y empató a Tony Stewart en victorias de la historia de los novatos con tres triunfos, el primero de ellos en California, cuando apenas arrancaba su carrera número 13 en la liga mayor. A eso le agregó cuatro poles, una en Daytona.


En el 2003, fue subcampeón y en 2004, a pesar de tres triunfos seguidos y una campaña brillantísima, perdió el título por ocho puntos con Kurt Busch. Se creía que en 2005 nadie lo atajaría hacia la corona, pero sus cuatro triunfos no le alcanzaron para ser campeón, título al cual finalmente llegó en 2006 y hasta ahora no la ha abandonado.


Jimmie se convirtió gradualmente en el Johnson más célebre de E. U.: es el rey de la Nascar, uno de los espectáculos más populares y seguidos en ese país. El campeonato de 2007 lo vio subir al podio cuatro veces seguidas en el chase, hasta superar a su mentor y dueño del auto 48 que hoy conduce, Jeff Gordon, cuyo declive contrasta con el ascenso imparable de su pupilo.
"Johnson y otros de la Nascar caminan durísimo, no crea que el nivel de este campeonato es inferior a la F-1 u otros", contó Montoya hace unos meses.

Jonhson es un corredor cerebral, que sabe meter el acelerador cuando se necesita y que va a arrasar muy probablemente las estadísticas, pues apenas tiene 35 años y, a esa edad, en Nascar, son infantes pues a los 50, los buenos siguen siendo ganadores como lo demuestra Mark Martin, otro de los duros del circo.


De su vida privada se sabe poco. Casado con la linda modelo Chandra Janway, viven en Charlotte cerca de la sede del equipo. En su vida fuera de las pistas ambos le dedican con el mismo empeño muchas horas a las fundaciones benéficas.


El torneo anual de golf que lleva su nombre y es patrocinado por Lowe's , la misma firma que lleva sus logos en el carro 48, es una de sus principales actividades y a través de éste ha logrado reunir ya dos millones de dólares para diversas obras de caridad, relacionadas todas con casas para personas necesitadas en la zona donde nació, cosa que va en línea con el negocio de Lowe's, que es una enorme proveedora de elementos de construcción y elementos para el hogar.

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