Circuit de Catalunya: Carreras para la Historia.

Desde su inauguración en 1991, el Circuit de Catalunya se ha convertido en el escenario de grandes momentos en la historia del automovilismo.










El Circuit de Catalunya está un año más preparado para albergar el GP de España de F1, que se disputará del 7 al 9 de mayo próximos. El trazado catalán se ha convertido, con el paso de los años, en todo un referente del deporte español y, al mismo tiempo, en uno de los mejores circuitos del planeta.


A la permanente organización, desde su inauguración en 1991, del GP de F1 y, desde 1992, del Gran Premio de MotoGP (primero como GP de Europa y a partir de 1995 como GP de Catalunya), se une la incesante mejora y renovación, tanto del trazado, siempre en aras de una mayor seguridad, como de su entorno, con la habilitación de mayores espacios para los aficionados y la construcción de nuevas tribunas, como la de la recta, auténtico emblema de la instalación.


La continua inversión es fruto del enorme impacto económico del trazado, que es de unos 170 millones de euros anuales, 92 de los cuales se originan la misma semana del GP de España de F1, una cita que está ya asegurada hasta 2016 después de que en 2007 se plasmara la última renovación con Bernie Ecclestone. El estudio elaborado por la Generalitat remarca que el alcance va desde la provincia de Girona a la de Tarragona, aunque sobre todo afecta al Vallès, Maresme y Barcelona ciudad.


El Circuit, como la mayoría de las obras ‘olímpicas’, se estrenó con unas tormentas torrenciales que llenaron las instalaciones de barro e incomodidades en aquel ya lejano septiembre de 1991. En el primer Gran Premio, que ganó Nigel Mansell, se calculó que no había ni 20.000 aficionados y la transformación ha sido tan brutal que los últimos años se ha convertido en el evento de Fórmula 1 más seguido en directo de la temporada.


La metamorfosis del Circuit de Catalunya se plasma también en sus tribunas. Cuando se inauguró había 22.000 plazas disponibles y actualmente la cifra de asientos permanentes se acerca a los 80.000. Por otro lado, la evolución de público es impresionante. Los 20.000 aficionados que acudieron a presenciar el primer gran premio fueron aumentando progresivamente hasta superar la barrera de los cien mil, por primera vez, en 2004 y el año pasado se alcanzó el récord de 131.200 espectadores el día de la carrera, un total de 342.000 si se computa de jueves a domingo.


La pista también ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de los años para adecuarse a las cambiantes normativas o, simplemente, para mejorar el trazado original. Desde que se inauguró el 10 de septiembre de 1991, el Circuit ha visto como en 1995 se eliminaba la chicane Nissan, en 2001 se inauguraba la moderna tribuna diseñada por Hermann Tilke que hoy sigue siendo referencia, en 2004 se hacía una doble variante (F1-MotoGP) en la curva de La Caixa y en 2007 se construía la variante RACC entre las curvas Europcar y New Holland, que al igual que la anterior contempla una línea diferente para F1 y MotoGP, logrando mantener los más altos niveles de seguridad.


El italiano Stefano Modena, a los mandos de un Tyrell-Honda, fue el primer piloto de F1 en rodar en el Circuit de Catalunya en los primeros entrenamientos libres del GP de España de 1991, una tanda que precisamente lideró un joven Michael Schumacher, que disputaba su cuarta carrera. La F1 regresaba a Catalunya después de que Jochen Mass se impusiera en 1975 en Montjuïc.
El duelo entre Nigel Mansell y Ayrton Senna fue el protagonista del evento, con un impresionante adelantamiento del británico en la quinta vuelta después de haber recorrido la mayor parte de la recta principal en paralelo. El brasileño, que se podía proclamar campeón en el Circuit, fue relegado a la quinta plaza y con la victoria de su rival tuvo que esperar hasta la siguiente prueba, en Japón, para sumar su tercer título.


Senna, justamente, llegó como líder del campeonato en 1993 por delante de un Alain Prost que tenía en el Williams-Renault el mejor coche. En carrera no hubo color y el francés cabalgó en solitario hacia la victoria en una prueba en la que se reunió un podio histórico: Prost, Senna y Schumacher. Alain se retiró al final de ese año, con 38 años y después de sumar su cuarto título. Ayrton, que ya tenía tres con 33 años, parecía predestinado a ser el gran dominador de la década. Michael, por su parte, tenía 24 años y le aguardaban siete campeonatos.


El brasileño fue el triste protagonista del gran premio de 1994. Su trágica muerte en Imola cuatro semanas antes, acompañada también por la del austríaco Roland Ratzenberger, había conmocionado la F1. Fue una carrera con muchos nervios, con cambios de reglamentos y amenazas de plante, que acabó con la inclusión de una chicane artificial antes de la fija de Nissan y reducir, así, considerablemente la velocidad. La victoria fue para Damon Hill, el compañero de equipo de Senna en Williams, que le dedicó el triunfo y cortó la racha de cuatro victorias consecutivas de un Schumacher que iba directo hacia su primer título.


Michael logró en 1995 la primera de sus seis victorias en el Circuit después de haber subido al podio en las últimas tres ediciones. El alemán, que rompía la hegemonía de Williams, que había ganado aquí desde su inauguración en 1991, estuvo acompañado en el podio por Herbert y Berger.


El primer triunfo de una marca mítica como Ferrari tuvo que llegar en el primer año en el que Schumacher llegó a la Scuderia y además puso fin a la racha de victorias de los motores Renault. Los entrenamientos fueron dominados por los Williams de Hill y Villeneuve, pero en carrera el alemán dio una lección de pilotaje bajo una lluvia torrencial. Michael tuvo que remontar en las primeras vueltas en una pista muy delicada que propició muchas salidas de pista y en la que sacó una media de cuatro segundos por vuelta a sus rivales.


Mika Hakkinen encadenó tres victorias consecutivas a los mandos de un McLaren-Mercedes que le dio los títulos mundiales de pilotos de 1998 y 1999. El segundo triunfo del finlandés en el trazado catalán llegó en 1999, coincidiendo con la primera vez que había dos pilotos nacionales en la parrilla: Pedro de la Rosa (Arrows) y Marc Gené (Minardi). Su presencia desató una gran expectación. Pedro fue undécimo y Marc se quedó en la salida por un problema en la caja de cambios. La anécdota la protagonizó, sin embargo, el Rey Juan Carlos, el cual ataviado con un mono ignífugo y casco integral dio diversas vueltas al trazado con un McLaren biplaza pilotado por Martin Brundle antes de la carrera.


A Mika Hakkinen le faltó sólo media vuelta en 2001 para sumar su cuarto triunfo consecutivo. El finlandés se vio obligado a retirarse en la última vuelta de un gran premio que dominaba contra todo pronóstico al romper el embrague de su McLaren, dejándole el triunfo en bandeja a Schumacher. El alemán, que había dominado claramente los entrenamientos y la primera parte de la carrera había tenido que aflojar el ritmo al detectar algunos problemas en una rueda de su Ferrari. Montoya y Villeneuve le acompañarían en el podio después de que éste regresara a boxes con Mika Hakkinen de pasajero en su monoplaza.


2001 también fue el año en el que debutó Fernando Alonso a los mandos de un Minardi, aunque el asturiano ya había ganado en 1999 una prueba del Open Nissan aquí y también había participado en la prueba de la F-3000 del año siguiente. Por otro lado, Pedro de la Rosa, que había empezado la temporada sin volante, sustituyó en esta carrera al brasileño Luciano Burti en Jaguar.


Que Michael Schumacher lograra su quinto triunfo en el Circuit era presumible en 2003, pero la auténtica sorpresa fue la aparición de un impresionante Fernando Alonso, el cual después de un año como piloto probador de Renault, había emergido con mucha fuerza. En Malasia, el segundo gran premio de la temporada, sumó su primer podio después de haber logrado la primera pole position y en Brasil repitió el tercer puesto en el cajón. Estaba en alza y en Montmeló refrendó sus opciones, clasificándose segundo entre los dos Ferrari después de una carrera sencillamente magistral.


Uno de los momentos culminantes de la historia del Circuit llegó en 2006 con la victoria de Fernando. La ‘Alonsomanía’ era un hecho y las audiencias de la F1 en España se habían disparado hasta el punto de que ya en 2004 se superaban el domingo los cien mil espectadores, unas cifras que han llevado al GP de España a ser la prueba más seguida ‘in situ’ del calendario mundial.


Alonso, que en un 2005 pletórico y en el que consiguió su primer título, había sido segundo tras Raikkonen, se enfrentaba a un Schumacher que había ganado las dos últimas carreras del campeonato. No se dejó sorprender y Fernando imprimió un ritmo desde la primera vuelta que nadie pudo seguir después de una salida genial y manteniendo vivo un emocionante duelo por el título con Michael que no se decidió hasta la última carrera.


En 2006 Alonso obtuvo su cuarto podio en ‘casa’ en una edición en la que se batió nuevamente el récord de espectadores con 141.000 aficionados que llenaron el Circuit de Catalunya hasta los topes...seria la última visita al podio de Montmelo por parte del piloto asturiano hasta la fecha.


Para la edición 2010 se espera una carrera vibrante, tanto para pilotos como para afición, las nuevas reglas, los nuevos monoplazas y la atracción principal: Fernando Alonso a los mandos de una Ferrari, prometen un gran espéctaculo en el Circuit de Catalunya.