Pepe le dio a Ferrari su primera victoria en la F1 y fue un referente de los años 50 por detras del gran Fangio. Hoy en dia es la leyenda viva del automovilismo tanto nacional como internacional.
"Una vez, creo que tenía cuatro años, salimos a pasear con mis viejos en un Chevrolet de 1926. Yo no paraba de moverme en el asiento de atrás. No transcurrieron segundos cuando pasamos por encima de un lomo de burro, se abrió la puerta y me tui al suelo. Se enteraron de que me había caído cuando mi papá se dio vuelta y le preguntó a mamá: '¿Y Pepe? ¿No venía con nosotros?'. Mi vieja empezó a los gritos. Me encontraron cuando yo venía corriendo detrás de la polvareda". Anécdotas como esta sobran en la vida de José Froilán González, un hombre que se ganó el cariño de sus conocidos con sus travesuras y sus triunfos en una pista de tierra. Un hombre que supo controlar durante varías vueltas a Juan Manuel Fangio para regalarle el primer triunfo a Ferrari, en la carrera de Silverstone, en 1951.
Froilan nació el 5 de octubre de 1922, en un paraje llamado La Colonia, que está ubicado entre Arrecifes y Salto. Hacerlo estudiar en la primaria ya había sido difícil para su familia. Criado en la libertad del campo, el gordito jamás estaba sin moverse. Hacia natacion y jugaba a la pelota paleta. Pero le gustaba la velocidad. Quizá quien más alimentaba esa pasión era su tío, Julio Perez, que corría desde hacia tiempo. Una vez Froilán, el Cabezon, armo un carrito con las maderas de un barril y salió a fondo con su perro Sangre tirando del bólido. El problema fue cuando Sangre pasó por el alambrado pero Froilán, no. Y terminó con varios cortes en los brazos y en la cara. Isidro había comprado en siete mil pesos la agencia Chevrolet de Arrecifes. Froilán pasaba horas limpiando baterías, carburadores y filtros. Antes había dejado los libros. Fueron varios los colegios por los que el Cabezón había estampado su firma en boletines de bajas notas. Si hasta prefería manejarle el auto a los sacerdotes en el Don Bosco de La Plata, donde estuvo como pupilo. En el taller si que se sentía a gusto. Y de noche, mejor. Porque agarraba alguno de los autos en reparación y se iba a participar en picadas por la ciudad. Nadie lo sabia, salvo su tío, quien una vez lo descubrió en una de sus correrías. Justamente Julio Pérez iba a afectar la vida de Pepe. En las Mil Millas de 1940, el 14 de diciembre, su tío se mató mientras iba en punta. Carrera, en el diccionario de la familia González, era mala palabra desde aquel momento.Debieron pasar cinco años para que Froilán se anotara por primera vez en uno de esos circuitos de tierra. Y fue en forma secreta cómo él llegó a aquella línea de partida. Con un Chevrolet de cuatro cilindros, el arrecifeño debutó en Carmen de Areco con el seudónimo Canuto. A Froilán le fue bien en esa competencia, que ganó. Montemar y Bestiún fueron otros de los graciosos nombres que el Cabezón usó para evitar disgustos en su familia. Pero su cuarta carrera fue en Arrecifes. Y no tuvo otra que llevar su nombre original, ya que todos lo conocían. La rotura de una biela mientras triunfaba no fue tan trascendente como la discusión que tuvo con su padre Isidro al final de la competencia.Un camión lo tuvo alejado de la velocidad por unos meses. Trasladaba cerdos y cereal hacia Buenos Aires. Pero en 1947 no aguantó más. Y decidió correr en una de esas competencias de asfalto que se hacían en Capital Federal. Fue la primera y última hasta pasados los seis meses, ya que tuvo un encontronazo fuerte con el comisario deportivo por una falsa largada y le dieron medio año de suspensión. Ni bien se cumplió el castigo, Froilán volvió. Y cuando retornaba de una competencia en La Cumbre (Córdoba) se enteró que debía tomar el avión. El equipo argentino en Europa estaba en marcha y él era uno de los integrantes, junto con Juan Manuel Fangio. El gran apoyo para que viajaran a Europa apareció de la mano del presidente Juan Domingo Perón y del Automóvil Club Argentino. El arrecifeño, con una Maserati del equipo Achille Varzí, corrió dos pruebas del Campeonato Mundial. En su vuelta a la Argentina, en donde se corrió una mini temporada internacional, nació esa amistad eterna con Enzo Ferrari. En febrero de 1951, Pepe derrotó al poderoso equipo Mercedes-Benz en dos oportunidades. Fue en un circuito dibujado en la Costanera porteña. Estas alegrías le abrieron las puertas en Maranello, ya que el día siguiente a las competencias recibió un telegrama de felicitación firmado por Ferrari. "Cuando volví a Europa ese año iba a correr con una Maseratí. Pero fue con Ferrari. Resulta que una vez yo le había ido a ofrecer mis servicios a don Enzo. El me había explicado que yo estaba entre los probables pilotos del equipo, pero ya había contratado a Ascarí, Villoresi, Taruffi y Serafini. ¡Cómo es el destino! Serafiní se accidentó en las Mil Millas italianas y un telegrama llegó al hotel donde yo estaba. Ferrari me requería para probar un auto en Reims", contó alguna vez Froilán. La carrera de Silverstone de 1951 es dueña de varios párrafos en la historia del automovilismo mundial. Fue el primer triunfo de Ferrari en la Fórmula 1. Previo a ese fin de semana, Enzo tenía una carpeta en su escritorio que en la tapa decía: Silverstone. La abrió y comparó los tiempos de González con los de Ascari. Como eran similares, confirmó al argentino por el resto del año. Y viajaron al circuito inglés. Fangio, hombre de Alfa Romeo, le confesó a Froilán que, si manejaba tranquilo, la carrera era para el Cavallino. González los destruyó a todos en la clasificación con su V12 de 4.5 Iitros. Antes de la largada estaba tan nervioso que se descompuso y entró equivocado al baño de mujeres. Tras la partida, Froilán agarró la punta y se escapó. Cuando iban 30 vueltas, él y Fangio le habían sacado un giro al tercero. "El miércoles Enzo me recibió en su vieja casa de Módena. Me dio un abrazo que me quitó la respiración", contó Froilán, quien lograría su segunda y última victoria en la Fórmula 1 en 1954, también con el Cavallino Rampante.Justamente esa temporada, la del 54, tuvo a Froilán como protagonista, aunque otra vez quedaba detrás de su sombra amiga: Juan Manuel Fangio. El arrecifeño, declarado número 1 del equipo Ferrari, fue subcampeón del balcarceño, quien fue imparable con los nuevos Mercedes-Benz. González había terminado en el podio cinco veces entre las siete fechas que tuvo el torneo, sin contar Indianápolis. Ya en 1955, su vida como piloto caminaba los últimos tramos. Vino el Vanwall, pasó el temible BRM y sus últimas dos competencias en Argentina, donde fue quinto (en 1957) y décimo (1960).
Por pedido de su familia, Pepe se bajó de los autos de carrera. Su gente tenía miedo de que pasara algo más grave de lo que le sucedió en Lisboa, en 1953, cuando volcó con una Lancia Sport de tres litros y se dislocó las vértebras lumbares. O también temían que el arrecifeño se animara a otra locura como las 24 Horas de Le Mans de 1954, que finalmente había terminado en triunfo. Pero Froilán había manejado 17 horas de la competencia y, para colmo, bajo la lluvia. Sin dudas, para su compañero, el francés Maurice Trintignant, la prueba fue más liviana. Por eso González debía frenar y se dedicó a armar un equipo para la categoría Turismo Carretera de Argentina. Y también se hizo famoso por ese proyecto, ya que el Chevitú con el que Jorge Cupeiro irrumpió en el TC sólo conseguiría éxitos. Hoy, con varios bypass en su corazón, el Pepe de Arrecifes sigue a la par de su concesionaria en Capital Federal. No vaya a ser cosa que lo acusen de que aflojó...
3 comentarios:
Don Pepe, que orgullo para nosotros, que suerte para Don Enzo: hcae unos años estaba en una concesionaria Alfa y lo veo a través de un vidrio:abrí los ojos como platos y le pregunto al encargado de la agencia: ¿Es él? y el tipo me dice que si, riéndose de mi cara. En eso veo que me dice vení y me mandé. Desde entonces , siempre que puedo lo paso a saludar y nos encontramos en Autoclásica, unos dias antes o después de su cumple: tengo su foto y la revista Froilán que me obsequiara en el centro del living !
Saludos
Pepe Gonzales ha sido un estandarte del automovilismo. Lógicamente la llegada y logros de Fangio lo opaco, pero no ha dejado de estar en mi recuerdo. Para todos los viejitos el ha sido un icono y estandarte de su época. Me ha mostrado el mundo del automovilismo y hoy aprecio mi citroen c4 gracias a él.
Me gustaría saber si Froilan Gonzalez todavía vive
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